Bolivia en crisis: protestas, divisiones políticas y un incierto panorama electoral

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LA PAZ, Bolivia, 1 Ene.- Las calles de La Paz volvieron a ser escenario de masivas protestas en medio del desabastecimiento de alimentos y combustibles, agravando la ya delicada situación económica y política del país. “Ni Lucho (Arce), ni Evo (Morales), los dos son lo mismo”, rezaba una pancarta que resumía el descontento generalizado ante la fractura del oficialismo y la ausencia de alternativas claras en la oposición.

Bolivia se dirige a elecciones presidenciales en nueve meses, en un contexto marcado por la peor crisis económica en 40 años, según expertos. El Movimiento al Socialismo (MAS), partido que ha gobernado por 18 años, enfrenta divisiones internas entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario Luis Arce, mientras que la oposición carece de un liderazgo sólido capaz de capitalizar el descontento.

Fractura en el oficialismo y el futuro del MAS

Analistas consideran que el MAS está en “fase terminal”. Morales, de 65 años, ha anunciado su intención de buscar un nuevo mandato a pesar de estar impedido por un fallo del Tribunal Constitucional, mientras enfrenta acusaciones legales por abuso de menores. Relegado a su bastión cocalero en el Chapare, Morales ha organizado protestas contra Arce, a quien acusa de intentar eliminarlo políticamente mediante procesos judiciales.

Por su parte, Arce, de 61 años, no ha confirmado si buscará la reelección. Sin embargo, su baja popularidad —apenas un 4% de intención de voto según una reciente encuesta— está ligada a la incapacidad de su gobierno para superar la crisis económica.

Una economía al borde del colapso

La economía boliviana enfrenta múltiples desafíos: las reservas de dólares están prácticamente agotadas, la inflación acumulada en 2024 alcanzó el 8.82%, la más alta en 16 años, y la subvención de combustibles desangra las finanzas públicas. Además, la devaluación de la moneda y la escasez de carburantes están afectando la producción agrícola, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.

“La economía está en coma y requiere ajustes urgentes, pero el gobierno sigue apostando al gasto y al endeudamiento”, señaló Gonzalo Chávez, economista de la Universidad Católica Boliviana.

Para los ciudadanos, la situación es insostenible. “Todo está más caro, hay crisis, y los que más sufrimos somos los pobres”, expresó María Quispe, vendedora ambulante, quien ha visto caer sus ingresos drásticamente en los últimos meses.

Oposición fragmentada y ausencia de liderazgo

La oposición tampoco logra consolidarse. Una encuesta reciente colocó a Morales y al alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, empatados con el 18% de intención de voto, seguidos por el empresario Samuel Doria Medina con el 16%. Sin embargo, todos los candidatos tienen índices negativos superiores a los positivos.

En un intento por unificar fuerzas, Doria Medina y los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa han firmado un pacto para presentar un candidato único. Sin embargo, expertos advierten que, si no hay una mayoría clara en las urnas, el próximo gobierno carecerá de la estabilidad necesaria para implementar reformas económicas de fondo.

Descontento generalizado

El clima de frustración se siente en todos los sectores. En una estación de combustible, el transportista Francisco Yucra resumió el sentir popular: “Sabemos quiénes son culpables. Arce y Evo nos han llevado a esto, y no creo que se solucione pronto”.

En un país donde alguna vez prosperó una clase media con visión de futuro, ahora millones de bolivianos viven al límite, atrapados entre la polarización política y una crisis económica sin precedentes.

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