BAHÍA BLANCA, Argentina, 7 marzo.- .— La ciudad de Bahía Blanca enfrenta una de las peores emergencias climáticas de su historia tras una tormenta sin precedentes que descargó más de 290 milímetros de lluvia en menos de 12 horas. El fenómeno meteorológico extremo ha dejado gran parte de la ciudad bajo agua, con seis personas fallecidas, cientos de familias evacuadas y graves daños en infraestructura urbana.


Un Desastre Sin Precedentes

Desde la madrugada hasta pasado el mediodía, la tormenta provocó inundaciones masivas en distintos sectores de la ciudad, afectando viviendas, calles y servicios esenciales. Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, los niveles de precipitación registrados casi duplican el máximo histórico para Bahía Blanca, convirtiendo esta tormenta en un evento excepcional.

Las autoridades confirmaron que al menos 6 personas perdieron la vida debido a las inundaciones:

  • Una mujer fue encontrada sin vida en las calles Paroissien y Rawson.
  • Cuatro personas murieron en la zona de Sarmiento al 1000.
  • Otra víctima fatal fue reportada en la localidad cercana de Cerri.

Además, se estima que hay más de 1.000 evacuados, incluyendo 275 personas en Bahía Blanca y 800 en Cerri, según informó el intendente Federico Susbielles en un video compartido en redes sociales.

“Bahía Blanca ha sido nuevamente azotada por una catástrofe natural. La situación se ha tornado muy crítica en diversos sectores”, declaró Susbielles, destacando que continúan trabajando con todos los recursos disponibles para asistir a los damnificados.


Ciudad Aislada y Servicios Colapsados

El desbordamiento de rutas y caminos ha dejado a Bahía Blanca prácticamente aislada. Los principales accesos a la ciudad fueron bloqueados debido a los anegamientos:

  • Ruta 3: Se cerró a la altura del distribuidor hacia Punta Alta después de que el pavimento cediera bajo el peso del agua.
  • Camino Viejo: Presenta condiciones intransitables, especialmente cerca del aeropuerto.
  • Ruta 51: Fue restringida para vehículos particulares, permitiendo solo el paso de unidades de emergencia.

El aeropuerto local también permanece cerrado debido a la inundación que afecta tanto la terminal como la pista. Además, el servicio eléctrico fue cortado de manera preventiva en gran parte de la ciudad, lo que ha generado complicaciones adicionales, como la falta de señal de telefonía móvil y datos móviles.

Los hospitales y centros de salud también sufrieron filtraciones de agua, obligando a suspender intervenciones programadas y dificultando la atención a pacientes internados. Según informes municipales, algunas áreas médicas tuvieron que ser evacuadas debido a la acumulación de agua.


Escenas de Caos y Desesperación

Las corrientes de agua formadas sobre las calles alcanzaron una fuerza devastadora, arrastrando vehículos y dejándolos varados sobre veredas y espacios públicos. En algunos sectores, el nivel del agua superó los 50 centímetros, haciendo imposible la circulación incluso para vehículos todoterreno.

Los vecinos describen escenas de caos y desesperación, con familias atrapadas en sus hogares y dependiendo de equipos de rescate para ser evacuadas. Las líneas telefónicas colapsaron rápidamente, y muchas personas quedaron incomunicadas debido a la falta de energía eléctrica y señal móvil.

“¿A Bahía van? No van a llegar”, avisaban empleados de estaciones de servicio donde se han formado largas filas de camiones varados, esperando que las vías de comunicación se rehabiliten.


Respuesta Gubernamental y Apoyo Externo

El gobierno provincial y nacional enviaron contingentes de Fuerzas Armadas, Bomberos, Policía Bonaerense, Defensa Civil y Prefectura Naval para colaborar en las tareas de rescate y asistencia. Equipos de maquinaria pesada del municipio trabajan incansablemente para despejar calles y rutas.

Sin embargo, las autoridades reconocieron que la magnitud del desastre supera los recursos disponibles en la región. El intendente Susbielles hizo un llamado a la comunidad para que evite salir de sus casas y priorice su seguridad:

“A esta hora, gran parte de la ciudad continúa bajo agua, por lo que solicito a los vecinos extremar las medidas de cuidado y no circular por la vía pública.”


Impacto Económico y Social

La tormenta también ha paralizado actividades económicas clave en la región. El puerto de Bahía Blanca, uno de los más importantes del país, enfrenta retrasos significativos debido al cierre de rutas y la falta de acceso seguro para el transporte de cargas. Estaciones de servicio y comercios locales reportaron escasez de combustible y productos básicos, exacerbando la crisis.

La suspensión del transporte público y la cancelación de clases en todo el distrito reflejan el impacto generalizado del desastre en la vida cotidiana de los habitantes.


Alerta Continua y Pronóstico Incierto

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que las tormentas podrían continuar afectando la región durante las próximas horas, con estimaciones de entre 50 y 100 milímetros adicionales de precipitación. Las autoridades mantienen el “alerta naranja” y preparan nuevos operativos para mitigar los efectos de posibles nuevas lluvias.


Conclusión: Un Día de Duelo y Resiliencia

La tragedia en Bahía Blanca deja en evidencia la vulnerabilidad de las ciudades frente a eventos climáticos extremos. Con seis víctimas mortales, miles de afectados y daños materiales aún por cuantificar, la comunidad enfrenta una de las peores emergencias de su historia.

Mientras tanto, los equipos de rescate y voluntarios trabajan contrarreloj para brindar ayuda a quienes más lo necesitan. Sin embargo, el balance final de este desastre podría empeorar a medida que se acceda a zonas aún incomunicadas.

“Estamos desde el inicio de esta tragedia trabajando con todos los recursos disponibles para llegar a cada uno de los bahienses afectados”, concluyó el intendente Susbielles, destacando la importancia de la solidaridad y el esfuerzo colectivo en momentos tan difíciles.

Este episodio marca un antes y un después para Bahía Blanca, que deberá replantear sus estrategias de prevención y adaptación ante el cambio climático y los fenómenos extremos que cada vez son más frecuentes e intensos.

Publicidad