Roma, 2 de noviembre.- El papa Francisco dedicó este sábado una oración especial a los niños no nacidos antes de presidir la misa por el Día de los Difuntos en el cementerio Laurentino de Roma. En lugar de una homilía, optó por un momento de recogimiento en silencio, permitiendo que los fieles se unieran en reflexión profunda en este día de recuerdo.
Previo a la eucaristía, Francisco visitó en privado el “Jardín de los Ángeles”, un rincón del cementerio destinado a los niños y nonatos. En una escena conmovedora, el pontífice recorrió las pequeñas tumbas en silencio, dejando una ofrenda floral y compartiendo palabras de consuelo con algunas de las familias presentes. En esta ocasión, y debido a sus problemas de movilidad, realizó la visita en silla de ruedas, recordando la última vez que acudió a este lugar en el Día de los Difuntos en 2018.
Durante la misa, tras la lectura del Evangelio, el papa renunció a la tradicional homilía para dar lugar a unos minutos de silencio, envolviendo el ambiente en una atmósfera de solemnidad. Al concluir, bendijo las tumbas rociándolas con agua bendita y expresó una oración breve y conmovedora: “En nuestra visita al cementerio renovamos nuestra fe en Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación. También los cuerpos mortales resucitarán en el último día, con esta certeza elevamos al Padre nuestra unánime oración de sufragio y bendición”.
Francisco ha conmemorado a los fieles difuntos en diferentes cementerios de Italia en años recientes. En 2017, visitó el cementerio americano de Nettuno, un lugar histórico de la Segunda Guerra Mundial; y en 2022, celebró la misa en el Pontificio Colegio Teutónico de Santa María en Camposanto, en el Vaticano. El año pasado, se trasladó al cementerio de soldados de la Commonwealth en Roma, donde recordó los estragos de la guerra y proclamó que “las guerras son siempre una derrota”.
Con su visita al cementerio Laurentino, el papa renovó su mensaje de paz y esperanza, especialmente para aquellos que han sufrido pérdidas y, en particular, para las familias que lloran la partida de sus seres queridos desde edades tempranas.