París, 6 nov.- La emblemática catedral de Notre Dame de París se alista para su gran reapertura, prevista para el 8 de diciembre, con la instalación de un nuevo relicario destinado a albergar tres de las reliquias más sagradas de la Pasión: la corona de espinas, un clavo de la crucifixión y un trozo de madera de la cruz. Estas reliquias, que han estado en la catedral durante siglos, han sido objeto de gran devoción y simbolizan la historia de la Pasión de Cristo.
Este relicario, que será colocado en la capilla central del templo, reemplaza al anterior soporte de la corona de espinas, que fue severamente dañado durante el incendio que destruyó parte del monumento en abril de 2019. La nueva pieza, de unos tres metros de altura y estilo contemporáneo, ha sido diseñada por el arquitecto y artesano Sylvain Dubuisson, quien lidera el equipo encargado de su creación.
La estructura del relicario, compuesta de mármol, metal, vidrio y piedra, incluye un gran cajón de mármol que guarda las reliquias del clavo y la cruz. La corona de espinas, que ocupa el centro de la obra, está rodeada por una serie de cristales que permiten que la luz pase a través de ellos, proyectando destellos fuera del relicario, lo que añade un toque de majestuosidad a la pieza.
El relicario será trasladado a Notre Dame en las próximas dos semanas, de cara a la apertura oficial de la catedral al público el próximo 8 de diciembre. Según el vicerrector de la catedral, Guillaume Normand, el nuevo diseño permitirá a los visitantes “acercarse lo más posible” a las reliquias, brindándoles una experiencia única y profunda.
La creación de este relicario es parte de los esfuerzos por restaurar y preservar el patrimonio histórico y religioso de Notre Dame tras el devastador incendio. A través de esta obra, la catedral no solo recupera uno de sus tesoros más preciados, sino que también reitera su papel como un lugar de gran significado espiritual y cultural para millones de personas en todo el mundo.