DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza, 6 junio.- La comunidad palestina inició este viernes la celebración del Eid al-Adha, una de las festividades más sagradas del islam, con oraciones al aire libre entre escombros, casas destruidas y mezquitas en ruinas, reflejo de una guerra que ha dejado a Gaza al borde del colapso humanitario.
Sin mezquitas disponibles y con recursos mínimos, hombres y niños se congregaron en espacios abiertos para realizar el rezo colectivo. Para millones, fue una festividad marcada por el dolor y la carencia. “Esta es la peor fiesta que ha vivido el pueblo palestino”, declaró Kamel Emran, residente de Jan Yunis. “No hay comida, no hay harina, no hay refugio, no hay hogares… Las condiciones son muy, muy duras”.
El Eid al-Adha coincide con el hajj en Arabia Saudí, peregrinación a la que por segundo año consecutivo los gazatíes no pudieron asistir debido a las restricciones impuestas por el conflicto.
La situación humanitaria en Gaza continúa deteriorándose rápidamente. Según la FAO, medio millón de personas podrían enfrentar hambruna extrema para septiembre. Las restricciones impuestas por el ejército israelí, sumadas al saqueo y la inseguridad en las rutas, han impedido que la ONU distribuya gran parte de la ayuda humanitaria que logra ingresar al enclave. Mientras tanto, la violencia en los alrededores de los centros de distribución no cesa: más de 80 personas han muerto en tiroteos recientes, según hospitales locales.
La Fundación Humanitaria de Gaza, un nuevo grupo respaldado por contratistas estadounidenses que busca reemplazar a los organismos tradicionales de ayuda, anunció que cerrará temporalmente todos sus centros por motivos de seguridad.
La guerra, que comenzó el 7 de octubre de 2023 tras el ataque sorpresa de Hamás que dejó 1.200 muertos en Israel y 251 rehenes, ha desencadenado una devastadora campaña militar. El Ministerio de Salud de Gaza cifra en más de 54.000 los palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños, y más del 90% de los 2 millones de habitantes del enclave han sido desplazados.
Israel, por su parte, asegura que Hamás ha interferido con la distribución de ayuda y que sus tropas disparan solo cuando individuos se acercan peligrosamente a las posiciones militares.
En medio de este sombrío panorama, los habitantes de Gaza intentan conservar algo de dignidad espiritual con la celebración de una festividad que este año, para muchos, ha perdido toda alegría.