TOKIO, 23 de mayo.- El arroz ha sido durante siglos un elemento esencial en la cultura, tradición y política de Japón. La población siente un profundo orgullo por el grano pegajoso de forma ovalada conocido como Japonica, que sigue siendo un alimento básico a pesar de la disminución en el consumo total registrada en las últimas décadas.

Sin embargo, desde el verano pasado, los precios del arroz han aumentado considerablemente debido a una creciente brecha entre la oferta y la demanda. Durante años, el gobierno ha incentivado económicamente a los agricultores para que reduzcan la superficie dedicada al cultivo de arroz y se enfoquen en otros productos agrícolas, con el objetivo de mantener artificialmente altos los precios del arroz.

Este año, ante la escasez generada por estas políticas, el gobierno ha recurrido a la liberación de reservas de arroz almacenadas. Sin embargo, este grano está tardando en llegar a los estantes de los supermercados, exacerbando la frustración de los consumidores. Esta situación ha generado tal malestar que influyó en la decisión del ministro de Agricultura de renunciar esta semana.

Los japoneses, enfrentados a la escasez y los crecientes precios, se preguntan: ¿Dónde está el arroz? La crisis ha dejado al descubierto las tensiones entre las políticas agrícolas del gobierno y las necesidades de la población, poniendo en evidencia la importancia cultural y económica del arroz en Japón.

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