NASHVILLE, Tennessee, 14 de abril — El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump anunció el viernes una medida que exime temporalmente a productos electrónicos clave, como celulares, laptops y componentes semiconductores, de los aranceles recíprocos impuestos a las importaciones. Sin embargo, este alivio parece ser solo una solución provisional mientras se desarrolla un nuevo enfoque arancelario centrado específicamente en la industria de semiconductores, según declaraciones del secretario de Comercio, Howard Lutnick, y otros funcionarios de la Casa Blanca.

El anuncio ha generado confusión y debate sobre el alcance real de estas exenciones y su impacto en la economía global y en las grandes empresas tecnológicas. Mientras algunos líderes empresariales ven la medida como un gesto positivo, otros advierten que la incertidumbre sigue siendo un obstáculo significativo para la planificación de cadenas de suministro y decisiones de inversión.


Un Alivio Temporal, Pero con Futuros Aranceles en el Horizonte

Según Lutnick, quien habló en el programa This Week de ABC, los productos electrónicos excluidos de los aranceles “recíprocos” pronto estarán sujetos a un nuevo régimen arancelario centrado en los semiconductores, que podría entrar en vigor en “uno o dos meses”. Este cambio forma parte de la estrategia de Trump para presionar a China por su supuesta responsabilidad en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

Sin embargo, el propio Trump complicó aún más el panorama al afirmar en su red social TruthSocial que no existe ninguna “excepción”, sino que estos bienes simplemente han sido reasignados a otro “balde” arancelario. Según el mandatario, estos productos enfrentarán eventualmente un arancel del 20% bajo el marco de seguridad nacional.

“Realmente no es una excepción. Esa ni siquiera es la palabra correcta para ello”, declaró el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, en el programa Face the Nation de CBS. Greer explicó que los productos electrónicos fueron retirados del régimen arancelario global (los llamados “aranceles recíprocos”) y movidos al régimen arancelario de seguridad nacional, lo que sugiere que seguirán siendo objeto de futuras medidas punitivas.


Impacto en las Grandes Tecnológicas

La exención temporal beneficiaría a gigantes tecnológicos como Apple, Samsung, Nvidia y otras empresas que dependen de componentes fabricados en China, incluidos chips y dispositivos electrónicos de consumo. Sin embargo, la incertidumbre sobre futuros aranceles ha frenado cualquier celebración anticipada en Wall Street.

Las acciones de las llamadas “Siete Magníficas” de la tecnologíaApple, Microsoft, Nvidia, Amazon, Tesla, Alphabet (matriz de Google) y Meta Platforms (matriz de Facebook)— han experimentado volatilidad significativa desde que Trump anunció los aranceles generales el 2 de abril. En un momento, el valor de mercado combinado de estas empresas cayó en 2,1 billones de dólares, aunque esta pérdida se redujo a 644 mil millones de dólares tras la pausa temporal de los aranceles a países distintos de China.

Analistas como Dan Ives, de Wedbush Securities, señalaron que las exenciones temporales eliminan una “gran nube negra” sobre el sector tecnológico, pero criticaron la falta de claridad del gobierno. “Las confusas noticias de la Casa Blanca son mareantes para la industria y los inversores, y crean una incertidumbre y caos masivos para las empresas que intentan planificar sus cadenas de suministro, inventarios y demanda”, escribió Ives en una nota revisada tras los comentarios del domingo.


Reacción Internacional y Posición de China

El gobierno chino, por su parte, recibió con beneplácito la exclusión temporal de productos electrónicos, pero instó a Washington a cancelar completamente los aranceles restantes. En un comunicado oficial, el ministerio de Comercio de China calificó la medida como un “pequeño paso”, pero subrayó que la guerra comercial continúa afectando gravemente las relaciones económicas bilaterales.

China ha argumentado repetidamente que los aranceles de Trump no lograrán reubicar la fabricación de productos electrónicos en Estados Unidos, dada la complejidad y los enormes costos asociados con desmantelar las cadenas de suministro establecidas en Asia. Por ejemplo, trasladar la producción de iPhones a Estados Unidos podría triplicar su precio y devastar las ventas de Apple, según expertos.


El Dilema de la Industria Tecnológica

Aunque las grandes tecnológicas esperaban un trato favorable tras reunirse con Trump durante su investidura en enero, la política arancelaria del gobierno ha creado un entorno impredecible. Empresas como Apple han intentado equilibrar sus operaciones globales con compromisos locales, como la promesa reciente de invertir 500 mil millones de dólares y crear 20,000 empleos en Estados Unidos durante los próximos cuatro años.

Sin embargo, las tensiones comerciales persisten y plantean desafíos significativos. Los analistas advierten que incluso las exenciones temporales no resolverán problemas estructurales, como la dependencia de China para la fabricación de semiconductores avanzados, un sector estratégico que Trump parece determinado a controlar.


¿Qué Sigue para la Guerra Comercial?

Mientras tanto, el gobierno de Trump está evaluando cómo ajustar su estrategia arancelaria para abordar preocupaciones de seguridad nacional sin descarrilar la economía estadounidense. La declaración del presidente de que está “examinando los semiconductores y toda la cadena de suministro electrónica” sugiere que nuevas medidas podrían anunciarse pronto.

¿Podrá Trump encontrar un equilibrio entre proteccionismo y estabilidad económica? La respuesta dependerá de cómo maneje la transición hacia un nuevo régimen arancelario para semiconductores, así como de su capacidad para negociar con socios internacionales y mitigar el impacto en los mercados globales.

Por ahora, la incertidumbre sigue siendo el mayor desafío para las empresas tecnológicas y los inversores, quienes enfrentan un futuro marcado por cambios regulatorios y tensiones geopolíticas.

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