BANGKOK, 28 de marzo — Un terremoto de magnitud 7,7 sacudió este viernes el centro-norte de Birmania (Myanmar), dejando cientos de muertos y heridos, además de graves daños materiales que han generado una crisis humanitaria sin precedentes. El sismo, registrado a las 12:50 hora local (6:20 GMT), tuvo su epicentro a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, y ocurrió a una profundidad de apenas 10 kilómetros, lo que maximizó su impacto destructivo.

El desastre también se sintió en países vecinos como Tailandia, donde causó colapsos de edificios en construcción en Bangkok, y en la provincia china de Yunnan, aunque los daños en estas regiones fueron menores en comparación con Birmania.


La Situación en Birmania: Caos y Destrucción

Testigos describieron escenas de pánico y devastación tras el terremoto. Una mujer de 40 años desde Naipyidó, la capital birmana, relató a EFE: “Todos los edificios están completamente destrozados. Ha sido el caos. Me quedé atrapada en casa unos minutos”. Las telecomunicaciones y la infraestructura han sido severamente afectadas, dificultando tanto el recuento de víctimas como las operaciones de rescate.

Según cifras preliminares proporcionadas por el portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, al menos 200 personas han fallecido y 730 resultaron heridas en Birmania. Sin embargo, el jefe de la junta, el general Min Aung Hlaing, declaró en un mensaje televisado que hay al menos 144 muertos, incluyendo 96 en Naipyidó, 18 en Sagaing y 30 en Kyaukse, cerca de Mandalay. Además, otras fuentes indican que al menos 39 personas murieron en el estado de Shan, fronterizo con China.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) emitió una alerta naranja, señalando que el número de fallecidos podría alcanzar entre 100 y 1.000 personas, dependiendo de la calidad de las construcciones y la respuesta inmediata. Según sus estimaciones, 7.000 personas estuvieron expuestas a “sacudidas violentas”, 2,8 millones a “sacudidas profundas” y más de 10 millones a “sacudidas fuertes o muy fuertes”.


Estado de Emergencia y Petición de Ayuda Internacional

En respuesta al desastre, el gobierno militar declaró el estado de emergencia en seis regiones clave: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó y Bago. En un gesto inusual, la junta militar hizo una petición explícita de ayuda internacional, según confirmó el portavoz militar.

Esta solicitud contrasta con la reacción del régimen ante otros desastres, como el ciclón Nargis en 2008, cuando las autoridades tardaron semanas en aceptar asistencia externa, exacerbando la tragedia que dejó al menos 138.000 muertos.

“Este terremoto no podría haber llegado en peor momento para Birmania”, señaló Joe Freeman, experto en Birmania de Amnistía Internacional (AI). El país ya está sumido en una profunda crisis económica y política desde el golpe de Estado de 2021, con enfrentamientos entre el Ejército y guerrillas civiles prodemocráticas que han debilitado aún más la capacidad del gobierno para responder a emergencias.


Impacto en Tailandia: Edificios Colapsados en Bangkok

El terremoto también tuvo repercusiones significativas en Tailandia, donde la primera ministra Paetongtarn Shinawatra declaró el estado de emergencia en Bangkok tras el colapso de tres edificios en construcción. Al menos 10 personas fallecieron, 16 resultaron heridas y más de 100 están desaparecidas en la capital tailandesa.

Uno de los edificios más afectados estaba ubicado cerca del popular mercado de Chatuchak, donde los equipos de rescate utilizan drones para acelerar la búsqueda de supervivientes. Testigos reportaron evacuaciones masivas en toda la ciudad durante el día, mientras los residentes intentaban ponerse a salvo.


Desafíos Logísticos y Preocupaciones sobre la Infraestructura

Expertos han destacado que la combinación de la magnitud del terremoto, su baja profundidad y la precaria calidad de muchas construcciones en Birmania ha aumentado exponencialmente los riesgos de daño. Este sismo podría ser el más grande en la región en tres cuartos de siglo, según especialistas, quienes advierten sobre la necesidad de revisar los estándares de construcción en áreas propensas a sismos.

En Mandalay, trabajadores de rescate informaron a EFE que carecen de herramientas adecuadas para buscar sobrevivientes entre los escombros, limitándose por ahora a transportar pacientes y cuerpos de fallecidos. Imágenes compartidas por testigos muestran a vecinos ayudando en las tareas de rescate, utilizando sus propias manos para remover escombros.


Conclusión: Un Desastre en un País Frágil

El terremoto ha expuesto la fragilidad de Birmania, un país ya devastado por conflictos internos y una crisis económica. La declaración del estado de emergencia y la petición de ayuda internacional reflejan la magnitud del desastre, pero también plantean interrogantes sobre la capacidad del régimen militar para coordinar una respuesta efectiva.

Mientras tanto, en Tailandia, las autoridades trabajan contrarreloj para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros en Bangkok. El impacto regional del sismo subraya la importancia de la cooperación internacional en momentos de crisis.

El mundo observa ahora cómo evoluciona la situación en Birmania, donde la combinación de un desastre natural y una crisis política podría generar consecuencias devastadoras para millones de personas.

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