LA HABANA, 7 de marzo.— La crisis económica que atraviesa Cuba es multifacética y profunda, con síntomas visibles como la escasez de productos básicos (pan, arroz, medicinas), la falta de gas licuado, combustible y transporte público, así como los prolongados apagones diarios. Estos problemas convergen en un denominador común: la falta de divisas. El Estado cubano, que mantiene un control monopólico sobre vastos sectores de la economía, enfrenta una grave escasez de recursos externos necesarios para financiar las importaciones y mantener el funcionamiento del país.
El Origen de la Escasez de Divisas
Según expertos consultados por EFE, la causa principal de esta crisis radica en el colapso de la producción nacional agrícola e industrial, lo que ha obligado a Cuba a depender en más de un 80 % de las importaciones para satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, las principales fuentes de ingresos en divisas han sufrido caídas significativas:
- Turismo: La llegada de visitantes internacionales se ha reducido drásticamente debido a la pandemia y otros factores.
- Remesas: Las restricciones impuestas por EE.UU., incluida la eliminación de los vuelos directos a ciudades fuera de La Habana y las sanciones al sistema financiero, han disminuido el flujo de remesas familiares.
- Misiones médicas: Este sector, que históricamente ha sido una fuente importante de divisas, también ha visto una contracción debido a disputas diplomáticas y la retirada de médicos de algunos países.
- Azúcar y níquel: La producción de azúcar ha caído a niveles históricamente bajos, mientras que los precios del níquel en el mercado internacional no han sido suficientemente favorables.
- Sector biofarmacéutico: Aunque este rubro mostró un repunte durante la pandemia gracias a la exportación de vacunas, su impacto económico ha sido limitado en el mediano plazo.
Esta combinación de factores ha generado un desequilibrio crítico en las cuentas del Estado, exacerbado por la dependencia de importaciones y la falta de capacidad productiva interna.
Un Problema de Uso de Recursos
El economista Ricardo Torres, profesor en la Universidad Americana de Washington, señala que el problema no solo radica en la falta de recursos, sino también en su mala asignación. Durante la última década, el Gobierno ha priorizado inversiones en sectores como la construcción masiva de hoteles, gestionados por Gaesa, el conglomerado empresarial vinculado al ejército. Sin embargo, estos proyectos han resultado insostenibles debido a las bajas tasas de ocupación hotelera y la falta de retorno económico.
«Viendo los números públicos, llego a la conclusión de que es un país en crisis, sin lugar a dudas. Pero con eso no puedo justificar que no haya ni para trigo», afirma Torres.
Medidas Recientes: ¿Soluciones o Parches?
En un intento por mitigar la crisis, el Gobierno cubano ha implementado medidas como la profundización de la dolarización parcial de la economía. Desde finales de 2024, algunas transacciones gubernamentales, como trámites aduanales y la venta de gasolina de mayor octanaje, se realizan exclusivamente en divisas. Además, varias tiendas minoristas han sido reconvertidas para operar únicamente en dólares.
Sin embargo, la economista Tamarys Bahamonde critica estas decisiones, argumentando que son medidas recaudatorias y rentistas que no abordan las causas estructurales de la crisis.
«Es una forma de recaudar divisas. ¿Es una medida a largo plazo? No. ¿Va a garantizar el desarrollo económico? No. ¿Y el crecimiento? Tampoco. Es puramente recaudatorio», asegura Bahamonde, quien describe la situación actual como una «economía de subsistencia».
¿Qué Soluciones Propone la Academia?
Los expertos coinciden en que resolver la crisis requiere reformas profundas y coordinadas. Entre las propuestas destacan:
- Flexibilización del comercio exterior: Permitir que el sector privado participe en las importaciones y exportaciones para diversificar las fuentes de ingresos.
- Establecimiento de un mercado de divisas real: Crear un sistema cambiario más transparente y eficiente.
- Ampliación del sector privado: Reducir el control estatal sobre la economía y permitir que el sector privado tenga un papel más activo en el comercio interno.
- Reforma del modelo centralizado: Abandonar el modelo de administración centralizada que ha demostrado ser ineficiente.
- Reducción del control de Gaesa: Limitar la influencia del conglomerado militar en sectores clave como el turismo.
Bahamonde advierte que, aunque estas soluciones son necesarias, tienen horizontes temporales de mediano y largo plazo. Mientras tanto, la población necesita respuestas inmediatas para enfrentar la crisis diaria.
«Si no se toman medidas drásticas, rápidas,… se está alejando el horizonte temporal de la resolución», subraya.
¿Ayuda Internacional? Un Horizonte Incierto
Para el economista Omar Everleny, el Estado cubano necesita asistencia financiera de largo plazo, similar a la que podría ofrecer el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, reconoce que esta opción es poco viable debido a que Cuba no pertenece a organismos internacionales como el FMI y al hecho de que EE.UU. probablemente bloquearía cualquier intento de financiamiento internacional.
«El país ha llegado ya al punto de quiebre», concluye Everleny.
Un Futuro Incierto
La policrisis cubana refleja no solo una escasez de divisas, sino también problemas estructurales arraigados en décadas de centralización económica y dependencia excesiva de importaciones. Las medidas recientes adoptadas por el Gobierno parecen insuficientes para revertir la situación, y las soluciones propuestas por los expertos requieren cambios profundos que podrían enfrentar resistencia política y social.
Mientras tanto, la población cubana sigue pagando el precio de una economía paralizada, con necesidades básicas insatisfechas y un horizonte de recuperación cada vez más lejano.
«La gente de la calle necesita soluciones de hoy», afirma Bahamonde, capturando la urgencia del momento.
Sin reformas audaces y un enfoque integral, el futuro económico de Cuba parece incierto y plagado de desafíos.