Tokio, 28 ene.- Un escándalo sexual que involucra al excantante Masahiro Nakai y a la cadena Fuji TV ha generado indignación en Japón, reavivando el debate sobre las prácticas corruptas y los abusos en la industria del entretenimiento. El caso ha puesto en la mira las estructuras de poder que, según críticos, perpetúan el encubrimiento de incidentes similares.
La controversia estalló tras revelaciones de que Nakai, exintegrante del icónico grupo pop SMAP y convertido en presentador, habría participado en un acto sexual no consentido con una presentadora de Fuji TV durante una cena en junio de 2023. La víctima, según los directivos de la cadena, necesitó atención médica y un largo periodo de recuperación.
El excantante llegó a un acuerdo extrajudicial con la afectada por 90 millones de yenes (560.340 euros) para evitar que el caso llegara a los tribunales. Aunque Nakai negó haber usado violencia, admitió la existencia del acuerdo y anunció su retiro de la industria el 23 de enero.
Reacciones sociales y presión contra Fuji TV
La tardía respuesta de Fuji TV, que esperó hasta el 17 de enero para ofrecer explicaciones públicas, alimentó el descontento ciudadano. La rueda de prensa maratónica, que se extendió por más de 10 horas, fue percibida como insuficiente. Hasta 70 empresas, incluidas Toyota, McDonald’s y Softbank, retiraron sus anuncios de Fuji TV y sus canales asociados en protesta por el manejo del caso.
Este escándalo recuerda al de 2023 relacionado con Johnny Kitagawa, fundador de Johnny and Associates, quien abusó de menores durante décadas. Ambos casos subrayan una cultura corporativa que, según expertos, minimiza o encubre incidentes graves para proteger a figuras influyentes.
Críticas al modelo mediático japonés
El caso también ha expuesto la connivencia entre medios de comunicación y figuras poderosas. Fuji TV, parte de un conglomerado mediático que incluye emisoras, diarios y negocios diversos, ha sido acusado de intentar encubrir el incidente. Críticos señalan que los medios generalistas nipones han ignorado este tipo de escándalos cuando involucran a celebridades con conexiones influyentes.
“Los medios deben reflexionar sobre su sensibilidad hacia estos problemas y abandonar las dinámicas de poder que perpetúan el encubrimiento”, señaló el diario Asahi. Mientras tanto, en las redes sociales proliferan opiniones divididas: algunos critican a Fuji TV por su gestión del caso, mientras otros muestran compasión hacia sus directivos y periodistas, quienes enfrentaron la extensa rueda de prensa.
Impacto social y necesidad de cambio
El caso Nakai ha provocado una ola de indignación similar a la que despertaron los abusos en Johnny and Associates, y se ha convertido en uno de los temas más debatidos en Japón. Especialistas como Takahiko Kageyama, profesor de Humanidades, destacan que este escándalo refleja un sistema industrial arraigado en prácticas problemáticas y exigen reformas inmediatas para garantizar la transparencia y la protección de las víctimas.
El creciente descontento ciudadano señala una demanda de cambio en la industria del entretenimiento japonés, cuya reputación sigue erosionándose por escándalos que podrían haberse evitado con mayor integridad y responsabilidad.