Belgrado, 28 ene.- El primer ministro de Serbia, Milos Vucevic, presentó este martes su dimisión en respuesta a las masivas protestas estudiantiles desencadenadas por el accidente ferroviario en Novi Sad, que dejó 15 muertos el pasado 1 de noviembre.

“He tomado esta decisión para no agravar la tensión social. Estoy orgulloso de los logros de mi gabinete y agradezco al presidente por su apoyo”, afirmó Vucevic en una declaración ante los medios, sin aceptar preguntas.

Antecedentes del accidente y críticas al Gobierno
Vucevic, quien fue alcalde de Novi Sad durante una década hasta 2022, supervisó el inicio de la renovación de la estación ferroviaria de la ciudad. Inaugurada en medio de la campaña electoral de 2022, la estación cerró poco después para continuar las obras, finalizadas en julio de 2024. Sin embargo, cuatro meses después ocurrió el fatal accidente.

Tras el incidente, renunciaron dos ministros de Infraestructuras involucrados en las obras, ejecutadas por empresas chinas. La oposición y amplios sectores de la ciudadanía acusan al Gobierno de corrupción y clientelismo, denunciando que estos factores comprometieron la seguridad y los procedimientos legales durante la construcción.

Crisis política y movilización estudiantil
La renuncia de Vucevic coincide con la intensificación de las protestas lideradas por estudiantes universitarios, quienes exigen transparencia en la adjudicación y ejecución de la obra ferroviaria. Este movimiento cuenta con el respaldo de estudiantes de secundaria, profesores y diversos sectores de la ciudadanía, que denuncian corrupción endémica y violaciones al Estado de derecho.

Los manifestantes reclaman la publicación de toda la documentación relacionada con el proyecto, además de justicia para las víctimas. Asimismo, denuncian agresiones recientes contra estudiantes por parte de personas vinculadas al partido SNS, liderado por el presidente Aleksandar Vucic.

Declaraciones controvertidas y tensiones internas
En su discurso de renuncia, Vucevic afirmó que la dimisión responde a aceptar la responsabilidad política por la tragedia y satisfacer las demandas de los manifestantes. Sin embargo, acusó sin pruebas a actores extranjeros de orquestar las protestas para desestabilizar Serbia.

Por su parte, el presidente Vucic, que ha gobernado el país desde 2012, moderó recientemente su postura hacia los estudiantes, ofreciendo diálogo y afirmando que se han cumplido todas sus demandas, incluida la investigación de las agresiones a manifestantes.

Investigaciones y próximos pasos
Hasta el momento, 13 personas, incluidos altos directivos de empresas estatales, han sido imputadas por su presunta responsabilidad en el accidente. Mientras tanto, el futuro político del país permanece incierto, con una creciente presión sobre el Gobierno y el SNS, cuyo liderazgo se ve cada vez más cuestionado.

La dimisión de Vucevic y las protestas estudiantiles marcan un punto de inflexión en la política serbia, que deberá enfrentar demandas de justicia y transparencia en un clima de descontento social creciente.

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