LONDRES, 24 ene. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo una acalorada conversación con la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, insistiendo en su intención de adquirir Groenlandia, según informó el Financial Times. Durante la llamada de 45 minutos, Trump se mostró agresivo y confrontativo, especialmente después de que Frederiksen reiterara que la isla ártica “no está en venta”.
Altos funcionarios europeos consultados por el diario británico describieron la conversación como “muy tensa” y señalaron que Trump incluso amenazó con imponer aranceles selectivos a Dinamarca como medida de presión. Uno de ellos afirmó: “Antes era difícil tomarlo en serio, pero ahora es claro que está decidido, lo que lo hace potencialmente peligroso”.
Respuesta de Dinamarca: Groenlandia decide
En un comunicado emitido el 15 de enero, el gobierno danés confirmó que Frederiksen respaldó la declaración del líder autonómico de Groenlandia, Múte B. Egede, quien enfatizó que la isla no está en venta. Frederiksen añadió que la independencia de Groenlandia es una decisión que compete exclusivamente a sus habitantes.
Por su parte, Egede se mostró dispuesto a dialogar con Estados Unidos para explorar oportunidades de cooperación, pero reiteró que la soberanía de Groenlandia no está en negociación.
La postura de Trump y el interés en Groenlandia
Desde antes de su llegada a la Casa Blanca, Trump ha expresado su interés estratégico por Groenlandia, la mayor isla del mundo, con dos millones de kilómetros cuadrados (el 80 % cubierto de hielo) y una población de apenas 56,000 habitantes. Aunque matizó posteriormente sus declaraciones sobre el uso de fuerza militar o sanciones económicas para adquirirla, su insistencia refleja la importancia geopolítica que Washington otorga al territorio.
Estados Unidos ya mantiene una base militar en Groenlandia, gracias a un acuerdo de defensa firmado hace siete décadas con Dinamarca. Sin embargo, Trump busca reforzar su presencia en la región, estratégica por sus recursos naturales y su ubicación en el Ártico.
Groenlandia: entre autonomía e independencia
Desde 2009, Groenlandia goza de un estatuto que reconoce su derecho a la autodeterminación, aunque su economía depende en gran medida de las subvenciones anuales de Dinamarca, que cubren aproximadamente la mitad de su presupuesto.
Si bien gran parte de los habitantes y partidos políticos apoyan la independencia, los desafíos económicos y la falta de viabilidad en la explotación de recursos minerales y petroleros han retrasado los avances hacia una separación total de Copenhague.
La tensión entre Trump y Frederiksen evidencia las complejidades políticas y económicas que rodean a Groenlandia, cuya posición estratégica la convierte en un punto de interés clave en la geopolítica mundial.