Beijing, 23 ene. Un tribunal en Suzhou, China, condenó este jueves a muerte a Zhou Jiasheng, un hombre de 52 años que apuñaló a una madre japonesa, a su hijo y a una asistente de autobús china en junio pasado, causando la muerte de esta última. El ataque ocurrió cerca de una parada de autobús escolar japonesa en la ciudad, motivado, según el tribunal, por las deudas de Zhou y su deseo de acabar con su vida.

El secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, informó desde Tokio que el crimen fue “absolutamente imperdonable” y afirmó que Japón toma la sentencia “muy en serio”. Funcionarios del consulado japonés en Shanghái estuvieron presentes durante el fallo judicial.

Detalles del ataque

El apuñalamiento, ocurrido el 24 de junio de 2024, dejó gravemente herida a Hu Youping, una asistente de autobús que intentó proteger a las víctimas, falleciendo días después a causa de sus lesiones. La madre japonesa y su hijo sobrevivieron con heridas menores.

El caso despertó alarma internacional y aumentó las tensiones entre China y Japón, especialmente porque fue uno de dos ataques contra niños japoneses en China el año pasado. En otro incidente, en septiembre, un niño japonés de 10 años fue asesinado cerca de su escuela en Shenzhen.

Impacto diplomático y medidas de seguridad

Estos ataques han generado preocupación sobre un posible aumento del sentimiento antijaponés en China. Japón solicitó a las autoridades chinas reforzar la seguridad para proteger a sus ciudadanos residentes en el país.

El gobierno chino, por su parte, aseguró que estos incidentes no están relacionados y los calificó como actos aislados. Otros ataques con cuchillos contra extranjeros en 2024 incluyeron un ataque en Jilin, donde un hombre apuñaló a cuatro instructores estadounidenses, y un incidente en un hospital del suroeste del país, que dejó dos muertos y 21 heridos.

Relaciones tensas entre China y Japón

Aunque ambos países han mostrado interés en mejorar las relaciones bilaterales, estos crímenes, junto con disputas políticas y económicas, han complicado el panorama diplomático. El gobierno japonés mantiene su presión para garantizar la seguridad de sus ciudadanos, mientras que China busca mitigar las tensiones internacionales derivadas de estos incidentes.

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