Bangkok, 9 sep.- Los habitantes de Timor Oriental, el país más católico de Asia, se preparan con entusiasmo para la llegada del papa Francisco este lunes, en lo que será la primera visita papal desde la independencia en 2002. Este viaje tiene un significado especial para la nación, ligada a la figura del controvertido obispo Carlos Ximenes Belo.
“Los timorenses están llenos de emoción. Dili está decorada con carteles del Santo Padre y banderas de Timor Oriental y del Vaticano, creando un ambiente festivo similar al de Navidad”, comentó a EFE el reverendo Felix Kosat, quien viajó a la capital para la ocasión.
Se espera que más de 700,000 personas, más de la mitad de la población de 1.34 millones del país, asistan a los eventos programados durante la visita de Francisco, que se extenderá hasta el miércoles.
“El ambiente en Dili es vibrante, con miles de personas acampando desde hace una semana para presenciar la histórica visita”, explicó el religioso.
El 98 % de la población de Timor Oriental se identifica como católica, según el censo de 2016, y la fe sigue siendo una parte fundamental de la vida cotidiana. “Las iglesias están repletas durante las misas, y en algunas parroquias se celebran hasta cuatro ritos durante el fin de semana”, añadió Kosat.
Agenda papal y reuniones clave
La gira de Francisco por Timor Oriental es parte de un viaje más amplio por el Sudeste Asiático y Oceanía, que ya lo ha llevado a Papúa Nueva Guinea e Indonesia, y finalizará en Singapur.
Durante su estancia, el pontífice se reunirá con el presidente de Timor Oriental, José Ramos-Horta, y otros líderes locales. El martes, Francisco visitará a niños con discapacidades, se encontrará con religiosos locales y celebrará una misa multitudinaria en las afueras de Dili. En su última jornada, se reunirá con jóvenes antes de partir hacia Singapur.
El rol de la Iglesia en la independencia
El catolicismo llegó a Timor Oriental en el siglo XVI con los misioneros dominicos portugueses, y su influencia ha sido fundamental en la historia del país. Durante la ocupación indonesia, que comenzó en 1975, la Iglesia jugó un papel clave en la defensa de los derechos de los timorenses, aunque los religiosos no podían tomar posiciones políticas abiertas.
“Los curas se mantuvieron neutrales políticamente, pero desempeñaron un papel vital en la reconciliación y la ayuda a los desfavorecidos”, destacó el reverendo Kosat.
La visita del papa Juan Pablo II en 1989, durante la ocupación indonesia, marcó un punto de inflexión para el movimiento independentista timorense, reforzando la conexión entre la Iglesia y la lucha por la libertad.
El legado controvertido de Carlos Ximenes Belo
Entre las figuras más destacadas de la Iglesia timorense se encuentra el obispo Carlos Ximenes Belo, galardonado con el Nobel de la Paz en 1996 junto a Ramos-Horta por su labor en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto. Belo fue un defensor incansable de los derechos humanos durante la dictadura indonesia.
Sin embargo, su reputación se vio afectada en 2022, cuando la oficina vaticana de abusos sexuales reveló que había sido sancionado por “malas prácticas” y se le prohibió el contacto con menores y con Timor Oriental. A pesar de estas acusaciones, el rostro de Belo sigue siendo un símbolo de la lucha por la independencia en el país.
No está claro si el papa Francisco abordará el escándalo relacionado con Belo o hará referencia a otros casos de abuso durante su visita, como el del misionero estadounidense Richard Daschbach, condenado en 2021 a 12 años de cárcel por abusar sexualmente de niñas con discapacidad.