Los Ángeles, EE.UU., 21 de junio de 2024. – Devastadores incendios forestales continúan azotando los estados de Nuevo México y California, quemando miles de acres y obligando a la evacuación de miles de residentes. La rapidez con que se propagan las llamas ha complicado las labores de extinción y la evaluación de daños en ambas regiones.
En Nuevo México, el presidente Joe Biden ha emitido una declaración de desastre para el sur del estado en respuesta a los incendios denominados South Fork y Salt. Esta declaración permite el uso de fondos federales para abordar la emergencia, que ya ha resultado en la muerte de al menos dos personas y la evacuación de miles desde el pasado lunes. Hasta ahora, se han destruido unas 1,400 estructuras y más de 23,000 acres han sido consumidos por las llamas. Los esfuerzos de contención aún no han tenido éxito, y los residentes de las zonas afectadas enfrentan interrupciones en los servicios públicos.
El FBI está colaborando con autoridades estatales y tribales para investigar el origen de estos incendios, particularmente en el área de Ruidoso, al norte de Las Cruces. La gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, ha movilizado a la Guardia Nacional para asistir en las evacuaciones y ha declarado el estado de emergencia para facilitar el acceso a recursos adicionales.
En California, los bomberos están luchando contra ocho incendios activos en todo el estado. Aunque la mayoría están contenidos y muchos evacuados han podido regresar a sus hogares, el incendio en el condado de Colusa ha quemado cerca de 20,000 acres, con solo un 25% del fuego contenido hasta el momento. Otro incendio en el condado de Los Ángeles ha destruido más de 15,000 acres y varias estructuras, aunque ahora está contenido en un 65%.
Los incendios más recientes en los condados de Tulare y Madera, iniciados este jueves y viernes respectivamente, aún no han sido contenidos.
La situación de los incendios en ambos estados es crítica, y las autoridades están haciendo todo lo posible para proteger a las comunidades y combatir las llamas. La reciente disminución de las temperaturas y las lluvias han proporcionado algo de alivio a los equipos de bomberos, ayudándolos a ganar terreno en su lucha contra los devastadores incendios.