Macron enfrenta una posible crisis política si el Parlamento francés destituye a su primer ministro

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París, 15 de octubre.— Francia se prepara para una jornada decisiva este jueves, cuando el primer ministro Sébastien Lecornu enfrente dos mociones de censura en la Asamblea Nacional que podrían derribar al recién formado gobierno de Emmanuel Macron y empujar al país hacia una crisis política sin precedentes en su segundo mandato.

Las mociones fueron presentadas por los extremos opuestos del espectro político: la izquierda radical de Francia Insumisa y la ultraderecha de Marine Le Pen con su partido Agrupación Nacional, ambos decididos a poner fin a la gestión de Lecornu, a quien Macron re-nombró apenas cuatro días después de su renuncia la semana pasada.

Si el primer ministro cae, Macron podría disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones legislativas anticipadas, según ha insinuado el propio Palacio del Elíseo. El resultado de unos nuevos comicios es incierto, pero las encuestas favorecen ampliamente a la Agrupación Nacional, que ya es la fuerza con mayor número de escaños en la cámara baja.

La estrategia de los extremos

Marine Le Pen ha estado presionando por nuevas elecciones desde hace semanas, alentada por los sondeos que proyectan un avance histórico de su partido. Su moción sostiene que la disolución del Parlamento es “la forma más democrática de sacar al país del callejón sin salida”.

Por su parte, Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Mélenchon, ha defendido su propia moción argumentando que “la destitución de Lecornu y la dimisión de Macron son las únicas vías para devolver la voz al pueblo francés”.

Ambas fuerzas necesitan 289 votos para lograr la caída del gobierno. Sin embargo, sus 210 escaños combinados (139 de la derecha populista y 71 de la izquierda radical) no alcanzan la mayoría. Aun así, el resultado podría definirse por un estrecho margen, con los votos de grupos pequeños de izquierda y algunos conservadores descontentos.

Macron busca tiempo y aliados

Para ganar apoyo, Lecornu ha ofrecido concesiones clave, incluida la suspensión temporal de la reforma de pensiones que elevaba la edad de jubilación de 62 a 64 años, una medida profundamente impopular que había desatado protestas masivas. Con ello, el primer ministro intenta sumar el respaldo de los socialistas (69 escaños) y los republicanos conservadores (50 escaños), cuyo voto será decisivo.

El politólogo Camille Bedock, del Centro Nacional de Investigación Científica, advirtió que incluso si Lecornu sobrevive, “el equilibrio será extremadamente precario” y podrían surgir nuevas mociones de censura durante las tensas negociaciones del presupuesto de 2026.

Francia, la segunda economía más grande de la Unión Europea, entra así en una etapa de máxima inestabilidad política, donde cada voto en el Parlamento podría definir no solo el futuro del gobierno de Macron, sino también el rumbo político de toda Europa.

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