Bogotá, 28 mayo.— El exministro colombiano Alejandro Gaviria lanzó una advertencia contundente sobre la situación política del país: un posible “rompimiento institucional” entre el Gobierno y el Congreso, alimentado por la creciente tensión entre ambos poderes. En entrevista con EFE, Gaviria explicó que esta dinámica se ha acelerado tras la negativa del Senado a aprobar la consulta popular impulsada por Gustavo Petro para reflotar su reforma laboral.

Un País en Cuerda Floja

Gaviria señaló que aunque no considera inminente un colapso institucional, sí percibe que el país está caminando hacia esa dirección. “No es que vaya a haber un cruce de ese umbral definitivo que uno diga, ahí está, pero yo creo que estamos caminando por esa cuerda floja”, afirmó.

La crisis se profundizó cuando el Senado rechazó la propuesta de consulta popular presentada por Petro para dar vida a su reforma laboral. Este proyecto, central en la agenda del presidente, fue revivido apenas días después de ser hundido en marzo, lo que ha generado críticas sobre su viabilidad y efectividad. Según Gaviria, las recientes declaraciones del ministro del Interior, Armando Benedetti, reflejan una postura autoritaria que subestima el papel del Congreso como contrapeso legítimo.

“Cuando Benedetti dice al Senado: ‘Yo estoy muy pendiente de lo que van a hacer’, básicamente está sugiriendo que si el Congreso no actúa como notario de la reforma del Gobierno, entonces puede enfrentarse a represalias. Eso es casi desconocer el Congreso y es implícitamente la idea de cerrar el Congreso”, criticó el exministro.

La Reforma Laboral: Un Debate Irrelevante?

Desde una perspectiva económica, Gaviria argumentó que la reforma laboral debatida actualmente en el Senado tiene poco impacto real en el futuro de los mercados laborales colombianos. “Es una reforma paramétrica menor, que con todo lo que está cambiando —el contexto internacional, la transformación profunda de los mercados de trabajo, la desaparición de muchas profesiones—, en nada va a influir sobre el futuro del trabajo económico”, dijo.

Para él, este debate distrae la atención de problemas más urgentes y estructurales que requieren soluciones innovadoras, no meras revisiones legislativas. A pesar de ello, reconoció que tanto el Ejecutivo como el Legislativo siguen centrados en este tema, dejando de lado iniciativas clave para abordar la modernización del empleo y la adaptación a nuevos escenarios globales.

La Metamorfosis Política de Gustavo Petro

Uno de los aspectos más destacados de la entrevista fue la crítica de Gaviria hacia el cambio en el estilo de gobierno de Petro desde que asumió el poder. Comparando al presidente con Kafka, Gaviria describió una “metamorfosis” que ha llevado a Petro a adoptar prácticas políticas más cercanas a figuras tradicionales como Benedetti.

“A una mañana amaneció Gustavo Petro convertido en Benedetti. ¿Eso quién lo iba a esperar?”, expresó Gaviria, quien ve en esta transformación un signo preocupante para el futuro del gobierno. Según él, aunque Petro sigue siendo el jefe de Estado y realiza discursos ambiciosos sobre justicia social y cambio sistémico, en términos prácticos es Benedetti quien gobierna el país.

Esta percepción resalta la frustración de Gaviria con el rumbo tomado por el gobierno. Para él, la visión inicial de un “gabinete plural” que buscaba consensos se ha desdibujado, dando paso a decisiones más centralizadas y menos inclusivas.

El Legado de Petro: ¿Una Ilusión Desvanecida?

Aunque reconoce que Petro aún representa una voz importante para sectores marginados y aspirantes a una sociedad más justa, Gaviria lamentó cómo esta esperanza se ha visto empañada por la gestión gubernamental actual. “Representa todavía una ilusión, todavía articula una frustración, todavía representa una voz que logra por lo menos darle salida en la arena política a muchas voces que reclaman una sociedad más justa”, comentó.

Sin embargo, añadió que la realidad política ha demostrado ser diferente a lo imaginado inicialmente. “Yo no lo había pensado de esa manera. La idea de un gabinete plural me pareció atractiva porque buscaba consensos, pero nunca imaginé que terminaría siendo gobernado por Benedetti”.

Este análisis pone en evidencia cómo las expectativas iniciales de Petro han chocado con la complejidad de gobernar en un ambiente polarizado, donde tensiones con el Congreso y decisiones controvertidas han erosionado parte de su credibilidad ante exfuncionarios y aliados históricos.

Conclusiones

La advertencia de Gaviria sobre un posible rompimiento institucional en Colombia refleja preocupaciones compartidas por muchos observadores políticos. Si bien Petro sigue siendo una figura simbólica para ciertos sectores sociales, su administración parece haber perdido el equilibrio necesario para construir acuerdos duraderos con el Legislativo.

Por otro lado, la reforma laboral y otros proyectos emblemáticos del gobierno corren el riesgo de quedarse en debates superficiales sin abordar realmente los desafíos económicos y tecnológicos que enfrenta el país. Mientras tanto, la figura de Armando Benedetti como actor central en la toma de decisiones genera incertidumbre sobre el futuro democrático de Colombia.

En palabras de Gaviria, el país está atravesando un momento delicado donde la línea entre autoritarismo y cooperación institucional se vuelve cada vez más borrosa. Queda por verse si Petro podrá recuperar el diálogo con el Congreso o si seguirá avanzando hacia un modelo de gobierno que prioriza la confrontación sobre el consenso.

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