WASHINGTON/SAN DIEGO, 14 MAYO.- En un movimiento histórico, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), a través del Tribunal de Distrito del Distrito Sur de California, anunció la imputación formal de cargos por narcoterrorismo contra varios líderes de la facción Beltrán Leyva del Cártel de Sinaloa. Esta es la primera vez en la historia del país que se utiliza esta figura legal para acusar a miembros de una organización criminal mexicana.
El Marco Legal y la Orden Ejecutiva 14157
La acusación fue posible gracias a la designación del Cártel de Sinaloa como una “organización terrorista extranjera” bajo la Orden Ejecutiva 14157, firmada por el presidente Donald Trump. Este marco legal permite al gobierno estadounidense aplicar sanciones más severas y perseguir penalmente a los líderes de estas organizaciones como si fueran terroristas internacionales.
Entre los principales acusados están Pedro Inzunza Noriega, alias “Sagitario”, y su hijo Pedro Inzunza Coronel, conocido como “Pichón”. Ambos son descritos en documentos judiciales como responsables de operar una de las redes de producción y tráfico de fentanilo más grandes y sofisticadas del mundo.
Los Cargos y la Evidencia Presentada
Las autoridades estadounidenses acusan a padre e hijo de traficar “decenas de toneladas” de drogas, incluyendo fentanilo, cocaína, metanfetamina y heroína, hacia Estados Unidos. Un caso destacado ocurrió el 3 de diciembre de 2024, cuando fueron decomisados 1.500 kilogramos de drogas en múltiples ubicaciones en Sinaloa, controladas directamente por los acusados.
El fiscal federal para el Distrito Sur de California, Adam Gordon, afirmó que esta acción representa un cambio significativo en la estrategia contra el crimen organizado: “Ya no son los cazadores; ahora son las presas. Al final del día, estos individuos terminarán en una sala del tribunal”.
Gordon también destacó que la creación de una unidad de narcoterrorismo dentro de la nueva sección de crimen organizado de la fiscalía refleja el compromiso del DOJ con las prioridades de Recuperar América, enfocándose en atacar a los líderes de estas organizaciones y desmantelar sus estructuras financieras y operativas.
Otros Líderes Implicados
Además de los Inzunza, la investigación llevó a la imputación de otros tres líderes clave del Cártel de Sinaloa:
- Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “El Chapito”, hijo del famoso Joaquín “El Chapo” Guzmán.
- Ismael Zambada Sicairos, conocido como “El Mayito Flaco” o “El Chino”.
- Javier Alonso Vázquez Sánchez, alias “El Tito”, quien gestionaba laboratorios de fentanilo y puntos de almacenamiento en Sinaloa.
También fueron señalados David Alejandro Heredia Velásquez y Óscar René González Menéndez, quienes supervisaban operaciones de cocaína y lavado de dinero en América Central.
La Investigación Internacional
La investigación, liderada por el FBI, involucró a agencias de seguridad de varios países, incluidos México, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala. Según Joshua Miller, uno de los fiscales asignados al caso, la indagatoria duró más de tres años y permitió recolectar evidencia clave sobre cómo opera la facción Beltrán Leyva.
“Desde los años 2000, Sagitario ha sido uno de los principales productores de cocaína en el mundo, y ahora trabaja estrechamente con su hijo para traficar fentanilo hacia Estados Unidos”, explicó Miller.
La colaboración internacional también reveló cómo estas redes utilizan sistemas sofisticados de lavado de dinero y corrupción para consolidarse y expandirse, generando violencia y desestabilizando regiones enteras.
Impacto del Narcoterrorismo en Estados Unidos
El fiscal Gordon subrayó que los narcotraficantes no solo trafican drogas, sino que también operan como un “cáncer dentro del Estado”, promoviendo violencia, corrupción y miedo. “Si se les deja sin control, su crecimiento llevaría a la muerte del Estado de Derecho. Esta acusación representa cómo se ve la justicia cuando se aplica la plena capacidad del DOJ”.
El uso de la figura de narcoterrorismo permite vincular actividades criminales transnacionales con actos de terrorismo, lo que amplía las herramientas legales disponibles para combatir a estas organizaciones. Además, envía un mensaje claro a otros grupos criminales: Estados Unidos está dispuesto a utilizar todo su poder judicial y militar para desmantelar estas estructuras.
Un Paso Hacia el Desmantelamiento del Cártel
Las autoridades destacaron que esta acusación representa un avance significativo en la lucha contra el Cártel de Sinaloa, particularmente su facción Beltrán Leyva. Sin embargo, reconocieron que aún queda mucho trabajo por hacer para debilitar completamente a esta organización y otras similares.
“Este apoyo y recursos ayudan al Cártel de Sinaloa a continuar sus operaciones, fortalecerse y crecer aún más. Sin embargo, esta acusación expone su actividad terrorista y representa un importante paso para desmantelar la facción Beltrán Leyva”, concluyeron desde el DOJ.
Conclusión
La histórica acusación por narcoterrorismo contra líderes del Cártel de Sinaloa marca un hito en la estrategia de seguridad de Estados Unidos. Al utilizar herramientas legales diseñadas para combatir el terrorismo internacional, el DOJ busca enviar un mensaje contundente a las organizaciones criminales: ninguna red, por más poderosa que sea, está fuera del alcance de la justicia.
Esta medida no solo refuerza la cooperación internacional, sino que también pone de relieve la determinación de Washington para abordar una de las mayores amenazas a la seguridad nacional: el tráfico de drogas y su impacto devastador en comunidades estadounidenses.
Sin embargo, el éxito final dependerá de la capacidad de las autoridades para capturar a los acusados y desarticular completamente las redes que sostienen estas operaciones criminales.