CIUDAD DEL VATICANO, 20 abr.- El papa Francisco hizo una aparición sorpresiva este Domingo de Resurrección tras permanecer ausente en todos los ritos de la Semana Santa debido a su convalecencia tras una hospitalización de 38 días por una neumonía bilateral. Aunque aún frágil, el pontífice argentino apareció en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) y posteriormente recorrió la plaza de San Pedro en papamóvil, saludando a los fieles y bendiciendo a algunos niños.

A pesar de su limitada movilidad, que lo obligó a permanecer sentado en una silla de ruedas durante la ceremonia, Francisco transmitió un mensaje contundente sobre los males que aquejan al mundo, condenando la carrera de rearme y clamando por la paz en medio de múltiples conflictos globales. Su discurso estuvo marcado por un llamado urgente a la humanidad para abandonar la violencia y priorizar el bienestar de los más vulnerables.


Un Regreso Simbólico

El papa Francisco no participó en ninguno de los ritos de la Semana Santa, incluidas las procesiones del Viernes Santo y la Vigilia Pascual, debido a su delicado estado de salud tras su salida del hospital el 23 de marzo. Sin embargo, su aparición este domingo fue recibida con entusiasmo por las cerca de 50.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro.

Durante la misa del Domingo de Resurrección, oficiada por el cardenal Angelo Comastri, el pontífice pidió al maestro de ceremonias, Diego Ravelli, que leyera su mensaje de Pascua en voz alta debido a sus limitaciones físicas. Posteriormente, en un gesto inesperado, Francisco decidió recorrer la plaza en papamóvil, deteniéndose en varias ocasiones para bendecir a los asistentes, especialmente a los niños.


Condena a la Carrera de Rearme

En su mensaje tradicional de Pascua, el papa Francisco lanzó una dura crítica a la creciente carrera de rearme global, instando a las naciones a utilizar sus recursos para combatir el hambre, promover el desarrollo y ayudar a los necesitados. “La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme”, afirmó.

“La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme”, subrayó el pontífice, destacando que los fondos destinados a la fabricación de armas deberían redirigirse hacia iniciativas que beneficien a los más vulnerables y fomenten la paz.

Francisco también lamentó la violencia diaria que afecta a familias, mujeres y niños, así como el desprecio hacia los más débiles, marginados y migrantes. “Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo”, expresó con profunda preocupación.


Dramática Situación Humanitaria en Gaza

El pontífice dedicó una parte significativa de su mensaje a la crisis en Gaza, donde el conflicto ha provocado una “dramática e indigna crisis humanitaria”. Francisco instó a las partes beligerantes a cesar el fuego, liberar a los rehenes y proporcionar ayuda a quienes padecen hambre y aspiran a un futuro de paz.

Asimismo, condenó los ataques a hospitales y operadores humanitarios, aunque no mencionó directamente la guerra en Gaza. También expresó su preocupación por el creciente antisemitismo en todo el mundo y la difícil situación de la comunidad cristiana en la región.


Paz para Ucrania y Otras Regiones en Conflicto

El papa Francisco pidió que Cristo resucitado infunda el don pascual de la paz a Ucrania, una nación “martirizada” por más de dos años de guerra. Animó a todos los actores implicados a proseguir los esfuerzos para alcanzar una “paz justa y duradera”, mientras instó a firmar y aplicar un acuerdo definitivo entre Armenia y Azerbaiyán para evitar tensiones en los Balcanes occidentales.

También oró por los pueblos africanos víctimas de agresiones y conflictos, especialmente en la República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del Sur. Invitó a buscar soluciones mediante un diálogo constructivo para abordar las tensiones en el Sahel, el Cuerno de África y la Región de los Grandes Lagos.

Finalmente, Francisco pidió ayuda para Birmania, devastada por conflictos armados y un terremoto reciente en Sagaing, y rogó por consuelo para quienes sufren en Yemen, que enfrenta una de las peores crisis humanitarias prolongadas del mundo.


Encuentro con el Vicepresidente de EE.UU.

Durante la mañana, antes de la bendición Urbi et Orbi, el papa Francisco recibió en su residencia de la Casa Santa Marta al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, para un breve saludo e intercambiar felicitaciones por la Pascua. Según la oficina de prensa del Vaticano, la reunión fue cordial y se centró en temas de interés mutuo.


Un Llamado a la Esperanza

En un tono esperanzador, el pontífice concluyó su mensaje instando a la humanidad a no perder la fe en la posibilidad de paz. “Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible”, dijo, recordando que la resurrección de Cristo simboliza la victoria de la vida sobre la muerte y la esperanza sobre la desesperación.

A pesar de su fragilidad física, Francisco demostró una vez más su compromiso con la paz y la justicia global, enviando un mensaje claro de unidad y solidaridad en un mundo plagado de conflictos y desigualdades.

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