WASHINGTON, 20 ABRIL.- En un esfuerzo por aliviar las tensiones entre China y Estados Unidos, el embajador chino en Washington, Xie Feng, instó a la administración estadounidense a buscar una relación basada en el equilibrio y la coexistencia pacífica, advirtiendo que su país responderá con medidas de represalia si continúa la escalada de la guerra comercial.

En un discurso público cuyos detalles fueron compartidos en la página web de la Embajada de China, Xie criticó los aranceles impuestos mutuamente por ambos países, señalando que estas medidas están “congelando” el comercio, la inversión y los intercambios culturales entre las dos economías más grandes del mundo.

Los Efectos Devastadores de los Aranceles

Xie comparó los actuales aranceles con las políticas proteccionistas de 1930 en EE.UU., que, según dijo, “devastaron la economía mundial y contribuyeron a la Gran Depresión”. Los aranceles actuales, que superan el 100% en algunos casos, están bloqueando no solo el comercio sino también las oportunidades de cooperación bilateral, argumentó el diplomático.

Para ilustrar su mensaje, Xie recurrió a la medicina tradicional china: “Una buena receta de medicina tradicional china suele combinar muchos ingredientes diferentes que se refuerzan mutuamente y crean el mejor efecto médico”, dijo, subrayando que la armonía y el equilibrio deberían guiar la relación entre ambas naciones.

“El planeta es lo suficientemente grande como para dar cabida tanto a China como a Estados Unidos”, afirmó. “Deberíamos buscar la coexistencia pacífica en lugar de chocar frontalmente, y ayudarnos mutuamente a tener éxito en lugar de quedar atrapados en un escenario en el que todos pierden”.


Contexto de Tensión Creciente

Las declaraciones de Xie llegan en un momento de creciente tensión entre Washington y Beijing, después de que Estados Unidos intensificara su política arancelaria contra productos chinos. Según informes recientes, EE.UU. ha impuesto aranceles que alcanzan hasta el 145% sobre ciertos bienes chinos, mientras que China ha respondido con aranceles del 125% sobre productos estadounidenses.

El presidente Donald Trump afirmó recientemente que existen “buenas conversaciones” en curso con China, aunque no ofreció detalles específicos. Sin embargo, fuentes oficiales chinas han dejado claro que cualquier diálogo debe estar precedido de señales de respeto mutuo por parte de EE.UU. Xie reiteró esta postura, afirmando que China se opone firmemente a la guerra comercial pero no dudará en tomar represalias si persiste la agresividad arancelaria.


Impacto Global de la Guerra Comercial

La guerra comercial entre EE.UU. y China no solo afecta a las dos economías principales, sino que también está teniendo repercusiones globales. Países como Vietnam, Malasia y Camboya, que son clave en las cadenas de suministro internacionales, enfrentan aranceles significativos por parte de Washington. Mientras tanto, China ha buscado fortalecer sus relaciones con estos países mediante acuerdos de cooperación económica, como los más de 100 acuerdos firmados recientemente durante la gira de Xi Jinping por el Sudeste Asiático.

Vietnam, que enfrenta un arancel del 46% sobre sus exportaciones a EE.UU., expresó su disposición a negociar tras una reunión con el Consejo Empresarial EE.UU.-ASEAN. Funcionarios vietnamitas destacaron que sus economías “se complementan” en lugar de competir directamente.

Por otro lado, la Unión Europea también ha sido blanco de medidas arancelarias por parte de EE.UU., con gravámenes del 20% sobre ciertos productos europeos. Esto ha generado preocupación en Bruselas y ha llevado a la planificación de una cumbre comercial bilateral para abordar las tensiones.


Maniobras Estratégicas y Medidas Recíprocas

La administración Trump ha adoptado una estrategia cada vez más agresiva contra China, incluyendo la imposición de aranceles a buques construidos y operados por empresas chinas que lleguen a puertos estadounidenses. Estas medidas forman parte de un pulso comercial que inquieta a las empresas multinacionales y comienza a afectar la popularidad de Trump en sectores clave de la economía.

China, por su parte, ha tomado medidas recíprocas, como vetar las entregas de aviones Boeing y reforzar sus vínculos comerciales con otros países asiáticos. El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, defendió una pausa en la guerra comercial, argumentando que la cooperación puede ser más beneficiosa que la confrontación. Sin embargo, figuras como Peter Navarro, asesor de línea dura de Trump, siguen impulsando una postura más agresiva.


Un Futuro Incierto

Aunque el presidente Trump asegura que hay “buenas conversaciones” en curso con China, el embajador Xie dejó claro que cualquier acuerdo debe basarse en el respeto mutuo y la eliminación de medidas arancelarias injustas. “Tomaremos represalias ante cualquier país que imponga aranceles a China”, advirtió.

Mientras tanto, la guerra comercial sigue siendo un tema central en la política exterior y económica de ambos países. El impacto de estas tensiones no solo afecta a las economías de EE.UU. y China, sino que también redefine las dinámicas geopolíticas globales, especialmente en regiones como el Sudeste Asiático y Europa.

Con la presión creciente sobre ambos lados, queda por ver si Washington y Beijing lograrán encontrar un terreno común o si continuarán profundizando el conflicto, con consecuencias potencialmente devastadoras para la economía mundial.

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