Panamá Asegura que Nicaragua No Ha Decidido Aceptar al Expresidente Martinelli

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CIUDAD DE PANAMÁ, 3 de abril — El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, declaró este jueves que hasta el momento no ha habido una decisión oficial por parte de Nicaragua para aceptar al expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), quien permanece asilado en la embajada nicaragüense en Panamá desde principios de febrero. El salvoconducto otorgado por el Gobierno panameño, que permite su traslado a Nicaragua, vence este jueves.

«Hasta el momento, que yo sepa, no hay decisión de Nicaragua de aceptar (al expresidente), si no ese avión no puede despegar de Panamá», afirmó Mulino durante su conferencia de prensa semanal.

El mandatario panameño indicó que esperará el plazo final del salvoconducto y, de no haber una respuesta positiva por parte de Managua, tomará las medidas necesarias según lo establecido.


El Salvoconducto y los Plazos Vencidos

El Gobierno panameño había prorrogado el pasado lunes por tres días adicionales la vigencia del salvoconducto, originalmente otorgado el jueves anterior, para facilitar el traslado de Martinelli a Nicaragua. Sin embargo, el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo suspendió el viaje ese mismo día, argumentando que no recibirían al expresidente panameño mientras no se aclarara una supuesta alerta roja de Interpol en su contra.

Las autoridades panameñas ya han confirmado formalmente que no existe tal alerta roja, calificándola como improcedente. Además, entregaron documentación detallada a Nicaragua, incluyendo una nota de la Corte Suprema de Justicia, que reitera que la decisión del salvoconducto es exclusivamente competencia del órgano ejecutivo y no involucra al poder judicial.

«Los requerimientos, por lo menos que de manera formal nos han solicitado sobre Interpol y sobre un documento de la Corte Suprema de Justicia que hace referencia de que esta es una decisión estrictamente del órgano ejecutivo, y no tiene nada ni pasa por el órgano judicial, se han dado, todo lo que se ha pedido de manera directa y formal. ¿De qué depende? Yo no sé», expresó Mulino.


Reclamos Políticos y Tensiones Diplomáticas

El caso Martinelli ha generado tensiones diplomáticas entre Panamá y Nicaragua, especialmente después de que el Gobierno nicaragüense emitiera un comunicado criticando la posición de Panamá. El lunes, Rosario Murillo, copresidenta de Nicaragua, acusó al Gobierno de Mulino de mantener una «conducta contradictoria» y de «difamar» a la administración nicaragüense.

Además, Murillo vinculó el caso con el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), señalando que Panamá estaría bloqueando la participación de Nicaragua en el organismo regional. Según Managua, este supuesto bloqueo afecta la cooperación bilateral y regional.

Sin embargo, Mulino negó estas acusaciones, argumentando que Nicaragua no ha presentado ninguna solicitud específica relacionada con el SICA que implique un bloqueo.

«Nicaragua no ha pedido nada respecto al SICA y que ‘lo que se ha solicitado no es votar en contra, sino presenten nuevas ternas, eso no implica un bloqueo a Nicaragua’», explicó el presidente panameño.

Mulino también descartó que Panamá esté utilizando el caso Martinelli como un instrumento de presión o chantaje político contra Nicaragua.


El Caso Martinelli: Un Refugiado Político Controvertido

El expresidente Ricardo Martinelli, de 73 años, lleva más de dos meses refugiado en la embajada de Nicaragua en Panamá. Se encuentra en esta situación tras ser condenado a más de diez años de prisión y a pagar una multa millonaria por el caso ‘New Business’, relacionado con la compra irregular de medios de comunicación con fondos públicos.

Martinelli se autoproclama un «perseguido político» y ha solicitado asilo en Nicaragua, país aliado durante su gestión presidencial. Sin embargo, su traslado ha enfrentado múltiples obstáculos diplomáticos y legales.


Un Juego Político Regional

El caso Martinelli ha puesto de manifiesto las complejidades de las relaciones políticas y diplomáticas en la región centroamericana. Mientras Panamá insiste en cumplir con los procedimientos establecidos para garantizar el traslado seguro del exmandatario, Nicaragua parece utilizar el caso como una herramienta para negociar otros temas bilaterales, como su participación en el SICA.

Analistas locales consideran que la demora de Managua en aceptar a Martinelli podría estar vinculada a presiones internacionales o a cálculos políticos internos. Por su parte, el Gobierno panameño asegura que ha cumplido con todos los requisitos formales y que cualquier retraso adicional está fuera de su control.


Conclusión: Una Crisis Diplomática sin Resolución Inmediata

La incertidumbre sobre el futuro del expresidente Martinelli continúa mientras el plazo del salvoconducto llega a su fin. Aunque Panamá ha demostrado disposición para resolver el caso dentro del marco legal y diplomático, las decisiones finales dependerán de la postura que adopte Nicaragua en las próximas horas.

Este episodio refleja las tensiones políticas y los intereses cruzados que caracterizan las relaciones entre países de la región, donde casos individuales como el de Martinelli pueden tener repercusiones más amplias en el ámbito regional.

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