WASHINGTON, 2 de abril — La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) incluyó este lunes la controvertida Ley 96 de Quebec, que protege y promueve el uso del francés en la provincia, en su lista anual de barreras comerciales globales. Esta decisión ha generado una fuerte reacción en Canadá, exacerbando las tensiones políticas internas y ampliando las diferencias entre Ottawa y Washington.
El Informe de Estimación del Comercio Nacional, un documento de casi 400 páginas, detalla país por país las barreras arancelarias y no arancelarias que afectan a los bienes y servicios estadounidenses. Aunque el informe refleja las preocupaciones de los burócratas comerciales estadounidenses y no necesariamente las prioridades del presidente Donald Trump, su publicación provocó críticas inmediatas en Canadá, especialmente desde Quebec.
¿Qué Es la Ley 96?
La Ley 96, aprobada en junio de 2022, modifica la Carta de la Lengua Francesa (también conocida como Ley 101) para fortalecer el uso del francés en diversas áreas de la vida pública en Quebec. Entre sus disposiciones más polémicas:
- Limita el uso del inglés en el servicio público.
- Exige que las marcas registradas y etiquetas de productos incluyan descripciones en francés si existen términos genéricos en ese idioma.
- Permite a inspectores realizar registros e incautaciones sin orden judicial en empresas que violen la ley.
- Impone multas significativas a empresas y personas que no cumplan con las regulaciones lingüísticas.
Estas medidas han sido criticadas por grupos anglófonos, alófonos e indígenas, quienes argumentan que la ley viola derechos fundamentales garantizados por la Carta de Derechos y Libertades de Canadá. Además, empresarios y comerciantes han expresado preocupaciones sobre el impacto económico de estas regulaciones, especialmente en sectores como el etiquetado de productos.
Preocupaciones Comerciales de EE. UU.
Según el informe de la USTR, las disposiciones de la Ley 96 relacionadas con el etiquetado y las marcas registradas representan una barrera comercial significativa para las empresas estadounidenses. Desde junio de 2025, cuando entren en vigor las disposiciones pertinentes, las empresas que deseen vender productos en Quebec deberán asegurarse de que todas las marcas y etiquetas incluyan versiones en francés de términos genéricos o descripciones.
Las sanciones por incumplimiento son particularmente severas:
- Multas de hasta 90,000 dólares por día para empresas en su tercera infracción.
- Multas de hasta 42,000 dólares por día para individuos en su tercera infracción.
Estados Unidos ha instado al gobierno de Quebec a considerar las preocupaciones del sector empresarial y a involucrar a las empresas en la elaboración de directrices interpretativas sobre la ley. Sin embargo, las autoridades quebequenses han defendido la legislación como “razonable” e “innegociable”.
Reacciones en Canadá
La inclusión de la Ley 96 en el informe de la USTR ha generado divisiones políticas en Canadá, especialmente entre líderes federales y provinciales.
Mark Carney: Protección de la Lengua Francesa
El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha dejado claro que no negociará temas relacionados con la lengua francesa, la cultura o la gestión de la oferta en futuras discusiones comerciales con Estados Unidos. Durante un acto en Winnipeg, Carney afirmó:
“En una negociación, cuando se dejan temas de lado, no se los toca. He asumido ese compromiso repetidamente. Estoy dejando fuera de negociación la lengua francesa, la cultura y la gestión de la oferta. Sé negociar y quiero que esto quede claro: esos temas están fuera de discusión.”
Carney también anunció que intervendría ante la Corte Suprema de Canadá en caso de impugnaciones a la Ley 96, no porque tenga problemas con la legislación, sino porque se opone al uso preventivo de la cláusula derogatoria para ignorar partes de la Carta de Derechos y Libertades.
Críticas del Bloque Quebequense
El líder del Bloque Quebequense, Yves-François Blanchet, acusó a Carney de aliarse con Trump en detrimento de los intereses de Quebec. Blanchet instó a los quebequenses a rechazar al líder liberal, argumentando que Carney está traicionando la defensa de la identidad francófona.
“Vamos a estar en una posible negociación en la que Donald Trump dirá: ‘Tengo un problema con la Ley 96’, y Mark Carney responderá: ‘Yo también'”, dijo Paul St-Pierre Plamondon, líder del independentista Partido Quebequense.
Defensa de Quebec
El ministro de Lengua Francesa de Quebec, Jean-François Roberge, defendió la ley durante una conferencia de prensa, utilizando ejemplos prácticos para ilustrar su razonabilidad. Mostrando dos botellas de jabón, una con etiquetas solo en inglés y otra bilingüe, Roberge afirmó:
“No tiene nada de excesivo. La defensa de la lengua francesa es algo que ni siquiera vamos a discutir. Simplemente no está sobre la mesa.”
Un Debate Cultural y Económico
La Ley 96 ha sido objeto de debate tanto dentro como fuera de Quebec. Mientras algunos la ven como una medida necesaria para preservar la identidad cultural francófona, otros argumentan que limita los derechos individuales y crea obstáculos innecesarios para las empresas.
Indígenas y comunidades anglófonas han denunciado que la ley ignora sus demandas de exención, mientras que manifestantes han salido a las calles para protestar contra lo que consideran una violación de sus derechos constitucionales.
Conclusión: Un Conflicto de Intereses
La inclusión de la Ley 96 en el informe de la USTR subraya las tensiones entre los intereses comerciales de EE. UU. y los objetivos culturales de Quebec. Mientras Ottawa intenta equilibrar la relación bilateral con Washington, las autoridades quebequenses mantienen una postura firme en defensa de la lengua francesa.
Este conflicto refleja un desafío mayor: cómo conciliar la globalización económica con la protección de identidades culturales únicas. Para Quebec, la defensa del francés no es solo una cuestión política, sino un principio fundamental no negociable. Para EE. UU., la Ley 96 representa una barrera comercial que podría afectar a las empresas estadounidenses que operan en la región.
En este contexto, las próximas negociaciones entre ambos países podrían enfrentar un nuevo escollo, con Quebec en el centro de la disputa.