WASHINGTON, 20 de marzo.— El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este jueves que impondrá “sanciones nuevas, severas y progresivas” contra el régimen de Nicolás Maduro si Venezuela no acepta recibir nuevos vuelos con ciudadanos deportados. Esta advertencia surge tras la condena de Caracas por el reciente envío de más de 200 venezolanos a El Salvador sin una vista judicial previa, bajo la acusación de pertenecer a la banda criminal Tren de Aragua (TdA).


La Postura de EE.UU.: “No es Negociable”

En una rueda de prensa, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, dejó claro que esta situación no es negociable y que el régimen de Maduro debe aceptar los vuelos de deportación sin excusas ni demoras.

«A menos que el régimen de (Nicolás) Maduro acepte un flujo estable de vuelos de deportación sin más excusa ni demora, Estados Unidos impondrá sanciones nuevas, severas y progresivas, como dejó claro el presidente (Donald) Trump en su proclamación», declaró Bruce.

Cuando se le preguntó si ha habido intercambios directos sobre este tema desde el pasado sábado —cuando EE.UU. envió a más de 200 venezolanos a El Salvador invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798—, Bruce respondió:

«En este punto, se les ha dicho que tienen que hacerlo».

Esta ley, utilizada por primera vez en más de dos siglos, permite detenciones y expulsiones sumarias en casos de guerra o amenazas al territorio estadounidense. Sin embargo, su aplicación ha generado críticas tanto dentro como fuera de EE.UU., especialmente por la falta de pruebas presentadas para justificar las deportaciones masivas.


Acusaciones Sin Pruebas: La Conexión Tren de Aragua

Washington asegura que los venezolanos enviados a El Salvador son miembros del Tren de Aragua, una organización criminal señalada como terrorista por la administración de Trump. Según Bruce, esta banda está estrechamente vinculada al gobierno de Maduro y, de hecho, se ha infiltrado en él.

«TdA está estrechamente asociada, estrechamente alineada con el régimen de Maduro y, de hecho, se ha infiltrado en el mismo», afirmó Bruce.

Estas declaraciones coinciden con las hechas anteriormente por la Casa Blanca, que aseguró que el grupo había sido enviado por el “régimen hostil de Maduro”. Sin embargo, hasta ahora, EE.UU. no ha proporcionado evidencia que respalde estas acusaciones.


El Acuerdo con El Salvador

Bruce explicó que el acuerdo alcanzado entre el presidente Donald Trump y el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, incluye beneficios significativos para El Salvador. Además de una partida de 6 millones de dólares, EE.UU. entregó a dos líderes de la pandilla MS-13 y otros 21 supuestos pandilleros deportados el sábado. También se comprometió a buscar asistencia para fortalecer el sistema penitenciario salvadoreño.

Este pacto ha generado preocupaciones sobre la creciente cooperación entre Washington y San Salvador en temas migratorios y seguridad, especialmente porque implica la deportación masiva de venezolanos sin garantías judiciales.


La Respuesta de Venezuela: “Vulgar Secuestro”

El gobierno de Maduro calificó la deportación masiva de venezolanos como un “vulgar secuestro” y denunció que estos ciudadanos fueron enviados a lo que describió como un “campo de concentración” en El Salvador.

Maduro también criticó al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, por aceptar la deportación de sus compatriotas y lo acusó de ser cómplice de lo que considera una violación flagrante de los derechos humanos.


Un Caso Polémico y Sin Resolución

El uso de la Ley de Enemigos Extranjeros ha generado un debate global sobre los límites de las deportaciones masivas y los derechos de los migrantes. Mientras EE.UU. insiste en que estas acciones son necesarias para proteger la seguridad nacional, Venezuela y otros países cuestionan la legalidad y moralidad de estas medidas.

Como destacó Bruce:

«Esto no es una cuestión que pueda ser debatida o negociada. El régimen de Maduro tiene la responsabilidad de aceptar a sus ciudadanos deportados».

Sin embargo, el rechazo de Caracas plantea un desafío diplomático significativo para Washington, que enfrenta presión internacional por su enfoque agresivo hacia los migrantes venezolanos.


Conclusión: Un Escalofriante Escenario

La crisis entre EE.UU. y Venezuela refleja una escalada de tensiones en medio de acusaciones cruzadas y decisiones polémicas. Mientras Washington amenaza con sanciones adicionales, Caracas insiste en que las deportaciones masivas son injustas y violan los derechos humanos.

El futuro de esta disputa dependerá de cómo ambas partes manejen el conflicto diplomático y si EE.UU. logra justificar sus acciones con pruebas concretas. Por ahora, los migrantes venezolanos permanecen atrapados en medio de esta batalla geopolítica, enfrentando incertidumbre sobre su destino final.

El mundo observa atentamente cómo evolucionará esta crisis y si habrá espacio para un diálogo constructivo que priorice los derechos humanos y la dignidad de los afectados.

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