OKLAHOMA CITY, Oklahoma, EE.UU., 15 de marzo.— Una serie de violentos tornados e incendios forestales ha dejado un rastro de destrucción en el sur y centro de Estados Unidos, cobrando al menos 16 vidas y devastando comunidades. Las tormentas, parte de un masivo sistema climático que se ha extendido desde la frontera canadiense hasta Texas, han causado daños catastróficos, con vientos huracanados, tornados destructivos y ráfagas que avivaron más de 100 incendios forestales.
Tornados Mortales Azotan Missouri y Arkansas
El mayor número de víctimas mortales hasta el momento se registró en Missouri, donde al menos 10 personas perdieron la vida debido a los tornados. Según el forense del condado de Butler, Jim Akers, una de las escenas más impactantes fue la de una vivienda completamente destruida por un tornado.
“Era irreconocible como una casa. Solo había un campo de escombros”, describió Akers. “El suelo estaba patas arriba. Caminábamos por lo que una vez fueron paredes.”
Una mujer logró ser rescatada de los escombros de esa misma casa, pero otras familias no corrieron con la misma suerte. En Arkansas, las autoridades reportaron tres muertes en el condado de Independence y 29 heridos en ocho condados tras el paso de las tormentas durante la noche.
Accidentes Automovilísticos en Texas
En el Panhandle de Texas, específicamente en Amarillo, tres personas murieron en accidentes automovilísticos desencadenados por una tormenta de polvo. Los fuertes vientos redujeron la visibilidad a cero, dificultando enormemente las condiciones de conducción.
Según expertos meteorológicos, este tipo de fenómeno —conocido como “tormenta de polvo”— puede ser extremadamente peligroso, especialmente en áreas áridas como el oeste de Texas.
Incendios Forestales Fuera de Control
Los vientos huracanados también avivaron incendios forestales en varias regiones del sur y centro del país. En Oklahoma, más de 130 incendios estallaron debido a las condiciones secas y ventosas, obligando a las autoridades a ordenar evacuaciones en algunas comunidades.
Uno de los incendios más grandes ocurrió en el condado de Roberts, Texas, donde las llamas consumieron rápidamente unas 32,8 millas cuadradas (85 km²) de terreno. Otro incendio en una región cercana alcanzó unas 3,9 millas cuadradas (10 km²) antes de ser contenido por los equipos de emergencia.
En total, los incendios amenazaron comunidades en Texas, Oklahoma, Kansas, Missouri y Nuevo México, con miles de residentes obligados a abandonar sus hogares.
Millones Sin Electricidad
Las fuertes ráfagas de viento, algunas superando los 130 km/h (80 mph), derribaron líneas eléctricas y dejaron a más de 260,000 hogares y negocios sin electricidad en estados como Texas, Oklahoma, Arkansas, Missouri, Illinois e Indiana, según el sitio web poweroutage.us.
El colapso del suministro eléctrico ha exacerbado aún más las condiciones difíciles para muchas familias, especialmente aquellas en zonas rurales afectadas por los incendios y tornados.
Alertas de Ventisca en el Norte
Mientras tanto, en las planicies del norte, las autoridades emitieron alertas de ventisca para partes de Minnesota y Dakota del Sur. Se esperan acumulaciones de nieve de entre 7,6 y 15,2 cm (3 y 6 pulgadas), con posibles nevadas de hasta 30 cm (1 pie) en algunas áreas.
Los vientos con rachas de hasta 97 km/h (60 mph) podrían generar tormentas blancas, reduciendo drásticamente la visibilidad y complicando los viajes en carretera.
Un Sistema Climático Masivo e Inusual
El sistema climático que ha provocado estos eventos extremos es uno de los más grandes y potentes registrados en marzo, según expertos del Centro de Predicción de Tormentas del Servicio Meteorológico Nacional en Norman, Oklahoma.
“Lo que es único en este caso es su gran tamaño e intensidad”, explicó Bill Bunting, del Centro de Predicción de Tormentas. “Esto está produciendo impactos realmente sustanciales en una área muy amplia.”
Se prevé que el clima extremo afecte a una región habitada por más de 100 millones de personas, con riesgos que van desde tornados y ventiscas hasta incendios forestales e inundaciones repentinas.
Condiciones Potencialmente Catastróficas
El viernes, el Centro de Predicción de Tormentas advirtió sobre la posibilidad de tornados y granizo del tamaño de pelotas de béisbol. Sin embargo, la mayor amenaza provino de los vientos en línea recta, algunos de los cuales alcanzaron velocidades cercanas o superiores a las de un huracán, con ráfagas de hasta 160 km/h (100 mph).
Ciudades como Jackson y Hattiesburg en Mississippi, así como Birmingham y Tuscaloosa en Alabama, estuvieron bajo alto riesgo de tormentas severas y tornados. Otras áreas afectadas incluyen el este de Luisiana, el oeste de Georgia, el centro de Tennessee y el Panhandle occidental de Florida.
Impacto Humano y Económico
Además de las pérdidas humanas, las tormentas han dejado un saldo devastador en términos de infraestructura. Decenas de hogares quedaron destruidos, mientras que carreteras, líneas eléctricas y otros servicios básicos sufrieron daños significativos.
El costo económico de los desastres aún no ha sido calculado, pero podría alcanzar cifras astronómicas dada la magnitud de los daños.
Conclusión: Una Crisis Climática Sin Precedentes
Este evento meteorológico extremo subraya la vulnerabilidad de las comunidades frente a fenómenos climáticos cada vez más intensos. A medida que el cambio climático continúa alterando patrones atmosféricos, eventos como este podrían volverse más frecuentes y destructivos.
“Es terrible aquí afuera”, dijo Charles Daniel, un camionero que enfrentó los fuertes vientos en Oklahoma. “Hay mucha arena y tierra en el aire. No estoy yendo a más de 88 km/h (55 mph). Tengo miedo de que mi remolque se vuelque si acelero.”
Las autoridades instan a los ciudadanos a mantenerse informados y seguir las instrucciones de emergencia, ya que las condiciones climáticas adversas podrían persistir en los próximos días. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas tormentas ponen a prueba la capacidad de respuesta de uno de los países más desarrollados del mundo.