TORONTO, 6 de marzo.— El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvieron este miércoles una conversación telefónica de 50 minutos que fue descrita como “acalorada” por fuentes gubernamentales. Durante la llamada, ambos líderes discutieron los recientes aranceles impuestos por EE.UU. a productos canadienses y mexicanos, así como los esfuerzos de Canadá para abordar el flujo de fentanilo hacia territorio estadounidense.
El Contexto del Conflicto Comercial
La disputa comercial entre ambos países se intensificó tras la decisión de Trump de imponer aranceles del 25 % a las exportaciones canadienses y mexicanas, a pesar de que los tres países están vinculados por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un acuerdo de libre comercio diseñado para fortalecer las relaciones económicas en América del Norte.
Durante la llamada, Trump ofreció eliminar los aranceles para algunos sectores y productos específicos, pero Trudeau rechazó esta propuesta parcial. Según fuentes cercanas al gobierno canadiense, el primer ministro insistió en que Canadá no levantará sus represalias comerciales a menos que EE.UU. elimine completamente los gravámenes impuestos el martes.
“Trump presentó nuevas quejas sobre medidas del Gobierno canadiense que, según él, dañan los intereses de EE.UU., como las protecciones al sector agrícola”, señalaron las fuentes.
El Tema del Fentanilo: Un Punto de Tensión Adicional
Además de los aranceles, otro tema central de la conversación fue el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que ha causado una crisis de salud pública en EE.UU. En su red social Truth Social, Trump reveló detalles de la llamada, acusando a Trudeau de no haber hecho “suficiente” para detener el flujo de esta droga hacia su país.
“Él dijo que la situación ha mejorado, pero yo le dije: Eso no es suficiente”, escribió Trump.
Por su parte, Trudeau defendió los esfuerzos de Canadá para combatir el tráfico de fentanilo, destacando las medidas implementadas para limitar su producción y distribución. Sin embargo, estas declaraciones no parecieron satisfacer al presidente estadounidense, quien sigue vinculando la crisis de opioides con las políticas migratorias y comerciales de sus vecinos del norte.
Participación de Funcionarios Clave
En la llamada también participaron el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, quienes intentaron mediar en las discusiones. Posteriormente, el ministro de Finanzas de Canadá, Dominic LeBlanc, tuvo varias conversaciones con Lutnick para tratar de resolver las diferencias entre ambos países.
Estos esfuerzos reflejan la urgencia de encontrar una solución diplomática antes de que la guerra comercial cause mayores tensiones económicas y políticas en la región.
Próximos Pasos: Diálogo con México
Trudeau también tiene previsto hablar con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en las próximas horas. Esta conversación busca coordinar una respuesta conjunta ante las medidas arancelarias de EE.UU. y explorar alternativas para preservar los beneficios del T-MEC.
Las acciones de Trump han generado preocupación en ambos países, ya que los aranceles afectan sectores clave de sus economías, incluidos productos agrícolas, automotrices y manufactureros. Además, la imposición de gravámenes contradice los principios del libre comercio establecidos en el T-MEC, lo que podría debilitar la confianza en el acuerdo.
Conclusión: Un Futuro Incierto para el Comercio en América del Norte
La conversación entre Trudeau y Trump subraya la creciente tensión entre Canadá y EE.UU., dos socios comerciales históricos cuya relación se ve amenazada por decisiones unilaterales y retórica confrontacional. Mientras tanto, la participación de México en este conflicto añade otra capa de complejidad al panorama regional.
Aunque ambas partes reconocen la importancia de resolver estas disputas, las diferencias en sus posturas dificultan un acuerdo inmediato. Para Canadá, levantar las represalias sin la eliminación total de los aranceles sería visto como una capitulación, mientras que Trump parece dispuesto a usar estos gravámenes como herramienta de presión para lograr concesiones en otros temas, como el control del fentanilo.
El futuro de las relaciones comerciales en América del Norte dependerá de la capacidad de los tres países para encontrar un terreno común y evitar que esta crisis escalone aún más.