PARÍS, 6 ene.- El expresidente francés Nicolas Sarkozy, de 69 años, enfrenta desde este lunes su quinto juicio en cinco años, acusado de haber recibido financiación ilícita del régimen libio de Muamar Gadafi para su campaña presidencial de 2007. Este proceso judicial, que se extenderá por cuatro meses, amenaza con profundizar las sombras sobre su legado político.
Vestido con un traje azul marino, Sarkozy llegó al tribunal poco antes de las 12:30, enfrentando las cámaras de decenas de periodistas. Durante las audiencias, se examinarán pruebas que lo vinculan, junto a otros 12 coacusados, con una supuesta conspiración para obtener millones de euros del dictador libio a cambio de favores políticos.
Las acusaciones y su defensa
El caso, iniciado tras una década de investigaciones, se basa en testimonios de antiguos dignatarios libios, transferencias sospechosas y documentos clave. Según la Fiscalía Nacional Financiera (PNF), Sarkozy habría utilizado los fondos para financiar su ascenso al poder en 2007.
De ser declarado culpable, Sarkozy podría enfrentar hasta 10 años de prisión y una multa de 375.000 euros (unos 390.000 dólares). Sin embargo, el exmandatario ha negado rotundamente las acusaciones, calificándolas de “fábula”.
“Luchará contra esta construcción artificial ideada por la fiscalía. No hubo financiación libia,” declaró su abogado Christophe Ingrain, quien asegura que el expresidente está “combativo” y decidido a demostrar su inocencia.
Pacto con Gadafi y manipulación de testigos
La fiscalía alega que Sarkozy y sus colaboradores habrían prometido rehabilitar la imagen internacional de Gadafi a cambio de financiación. En 2012, el medio Mediapart publicó un documento que vinculaba al régimen libio con la campaña de Sarkozy, desatando una investigación que él intentó frenar mediante numerosos recursos legales.
El empresario franco-libanés Ziad Takieddine, figura clave en el caso, aseguró haber entregado hasta cinco millones de euros en efectivo provenientes de Gadafi. Sin embargo, en 2020 se retractó, lo que levantó sospechas de que el expresidente podría haber influido en el testigo.
En octubre de 2023, Sarkozy fue imputado por manipulación de testigos, mientras que su esposa, Carla Bruni, enfrenta acusaciones de ocultar pruebas relacionadas con el caso.
Un legado manchado por la controversia
La vida política de Sarkozy, apodado el “hiperpresidente”, ha estado marcada por éxitos electorales y escándalos judiciales. Desde que dejó el cargo en 2012, ha sido condenado en dos casos, imputado en otro y sigue siendo investigado en múltiples frentes.
En uno de los casos más recientes, se le impuso un año de prisión por tráfico de influencias, sentencia que deberá cumplir llevando un brazalete electrónico.
A pesar de sus problemas legales, Sarkozy mantiene reuniones regulares con el presidente Emmanuel Macron y sigue siendo una figura influyente en la política francesa.
El juicio actual, que incluye a colaboradores cercanos como Claude Guéant y Brice Hortefeux, no solo podría definir el destino de Sarkozy, sino también reconfigurar la percepción de su legado en la historia contemporánea de Francia.