Río de Janeiro, 14 dic. – El general retirado Walter Braga Netto, estrecho aliado del expresidente Jair Bolsonaro, fue arrestado este sábado en su residencia en Río de Janeiro, acusado de liderar un intento de golpe de Estado en 2022 para impedir la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La orden de detención fue emitida por el magistrado Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF).

Acusaciones contra Braga Netto

El exministro de Defensa y excandidato a la vicepresidencia junto a Bolsonaro en 2022 es señalado como el principal estratega, organizador y financiador de la trama golpista. Según el STF, Braga Netto buscó interferir en la investigación, obteniendo información confidencial del teniente coronel Mauro Cid, exayudante de Bolsonaro, quien actualmente colabora con las autoridades bajo un acuerdo de delación.

El informe de la Policía Federal identifica a Braga Netto como el coordinador de las acciones ilícitas de militares vinculados a las Fuerzas Especiales, a quienes habría financiado y respaldado con dinero y recursos logísticos. Además, se le acusa de intentar alinear versiones entre los investigados para dificultar las pesquisas.

Entre los planes atribuidos al general estaba una operación clandestina para arrestar y asesinar a Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral en ese momento, así como posibles atentados contra Lula y su vicepresidente, Geraldo Alckmin.

El papel de las Fuerzas Armadas y el fracaso del golpe

El informe policial detalla que el complot incluyó seis grupos operativos distintos. Braga Netto formaba parte del núcleo encargado de buscar apoyo de las Fuerzas Armadas y de coordinar las acciones de altos oficiales implicados. Sin embargo, el plan se desmoronó cuando comandantes clave del Ejército se negaron a respaldarlo.

Próximos pasos judiciales

La Fiscalía analizará las pruebas recabadas para decidir si solicita al STF abrir un juicio formal contra los 37 acusados, incluyendo a Bolsonaro, o si requiere más investigaciones.

Braga Netto, por su parte, niega todas las acusaciones. A través de un comunicado, afirmó: “Nunca se trató de un golpe ni mucho menos de un plan para asesinar a alguien”.

El caso pone de nuevo bajo escrutinio la relación entre el expresidente Bolsonaro, las Fuerzas Armadas y su círculo cercano, en medio de un Brasil que sigue lidiando con las consecuencias de la polarización política.

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