Montevideo, 6 dic.- La Unión Europea y el Mercosur firmaron este viernes un esperado acuerdo comercial, que podría crear una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, abarcando más de 700 millones de personas y cerca del 25% del Producto Interno Bruto global. Pese a su relevancia, el pacto enfrenta objeciones significativas lideradas por Francia.

“Hoy se marca un hito verdaderamente histórico”, declaró Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien participó en las negociaciones desde Montevideo, donde se celebra la cumbre de líderes del Mercosur. Von der Leyen calificó el tratado como un “acuerdo ambicioso y equilibrado” y subrayó su relevancia tanto económica como política.

Un paso clave para Europa y Sudamérica

El acuerdo beneficiaría a ambas regiones al reducir aranceles, simplificar trámites aduaneros y proporcionar acceso preferencial a recursos críticos. Para Europa, significa menores barreras para productos como automóviles y maquinaria, mientras que los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia) obtendrían acceso privilegiado a los mercados europeos para exportaciones agrícolas como carne y azúcar, eliminando hasta el 70% de los aranceles actuales.

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, destacó la trascendencia del acuerdo: “Es una oportunidad en un mundo tan convulsionado”, aunque reconoció las diferencias entre los integrantes del bloque sudamericano.

Por su parte, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva celebró el avance, subrayando que el nuevo texto incluye temas como salud y agricultura familiar, y refuerza compromisos con el Acuerdo de París, respondiendo a las demandas europeas sobre sostenibilidad.

Obstáculos y posturas divididas

A pesar del avance, la aprobación definitiva enfrenta desafíos. Francia, junto a Polonia, Austria y Países Bajos, lidera la oposición en Europa, preocupada por el impacto en su sector agrícola. Mientras, Alemania, España e Italia impulsan el acuerdo como una oportunidad estratégica.

En América Latina, el presidente argentino Javier Milei, defensor del libre comercio, calificó el pacto como “un avance que aún dista de la realidad” y afirmó que trabajará para profundizar la apertura económica durante la presidencia temporal de Argentina en el Mercosur.

Un camino aún incierto

El acuerdo inicial fue anunciado en 2019, pero divergencias sobre estándares ambientales y laborales retrasaron su ratificación. Ahora, el tratado debe ser aprobado por el Parlamento Europeo, los parlamentos nacionales de los países miembros de la UE y los congresos de los estados del Mercosur, un proceso que podría extenderse por más de un año.

El canciller uruguayo, Omar Paganini, advirtió que “es un proceso que demora” y que aún quedan etapas por superar, incluyendo la incorporación de adendas relacionadas con temas ambientales y laborales.

Mientras líderes celebran el avance, analistas mantienen un enfoque prudente, recordando que acuerdos previos no lograron materializarse. Brian Winter, vicepresidente de Americas Society/Council of the Americas, señaló: “Han declarado victorias antes, pero siempre parece haber un problema”.

De concretarse, este tratado representará un puente económico sin precedentes entre Europa y América Latina, marcando un hito en las relaciones comerciales internacionales.

Publicidad