Buenos Aires, 6 dic.- Al cumplir un año en la Presidencia, Javier Milei ha consolidado a Argentina como un referente de la ultraderecha global, estrechando lazos con Estados Unidos e Israel, mientras abandona compromisos internacionales en materia climática y de desarrollo sostenible.
“Argentina puede ser un faro para el mundo, un faro de faros, un ejemplo para un Occidente que necesita reencontrarse con las ideas de la libertad”, proclamó Milei al clausurar este miércoles la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Buenos Aires. El evento contó con la participación de figuras como Jair Bolsonaro y Santiago Abascal, consolidando a Milei como un líder en el ámbito conservador internacional.
Relaciones internacionales: de Washington a Jerusalén
Desde antes de asumir, Milei expresó su admiración por líderes como Donald Trump, Elon Musk y Benjamín Netanyahu. Su política exterior ha estado marcada por múltiples visitas a Estados Unidos, encuentros con altos referentes conservadores y un respaldo firme a Israel. En contraste, rompió con la postura histórica de Argentina al rechazar su ingreso a los BRICS, priorizando alianzas con Occidente y alejándose de Rusia y China.
Además, Milei destituyó recientemente a la canciller Diana Mondino, tras la controversia generada por el voto de Argentina contra el embargo estadounidense a Cuba, una decisión que, según analistas, contradijo tanto la línea histórica del país como los principios libertarios que él defiende.
FMI y búsqueda de apoyo económico
Milei busca mejorar las relaciones con Wall Street y flexibilizar condiciones en el acuerdo de refinanciamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que representa una deuda de 45.000 millones de dólares heredada del Gobierno de Mauricio Macri.
“Su alineamiento con Washington responde no solo a su afinidad ideológica, sino también a la necesidad de apoyo económico en un contexto de crisis financiera”, señala Ariel Levaggi, experto en relaciones internacionales.
Rechazo a la agenda climática
Milei ha adoptado una postura crítica hacia el cambio climático, calificándolo como un fenómeno “natural” y sin justificar intervenciones estatales. Redujo el Ministerio de Ambiente a una subsecretaría y retiró a Argentina de la COP29, demostrando su desinterés en los compromisos internacionales relacionados con la Agenda 2030.
Durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro, dejó clara su posición al afirmar: “No cuenten con nosotros” respecto a los objetivos de desarrollo sostenible. Aunque firmó el documento final de la cumbre, incluyó observaciones para desmarcarse de cualquier compromiso en materia ambiental.
¿Ideología o estrategia?
Expertos destacan que la política exterior de Milei refleja más su interés personal por proyectarse internacionalmente que una estrategia pensada para Argentina. “Habla de su performance internacional, no del país”, subraya Federico Merke, académico especializado en política exterior.
A un año de su gestión, Milei ha transformado la política argentina en un escenario polarizado donde la afinidad con la ultraderecha internacional marca el rumbo, mientras temas críticos como el cambio climático y la cooperación multilateral quedan relegados.