Nueva York, 27 nov.- Después de cinco décadas de acumulación de bolsas de basura en las aceras, Nueva York implementa un nuevo sistema de gestión de residuos que obliga a usar contenedores con tapas para reducir la suciedad y el problema de las ratas.
El cambio y su contexto
Desde el 12 de noviembre, todos los edificios residenciales con menos de 10 unidades deben usar contenedores cerrados, siguiendo a los negocios, que adoptaron esta medida a principios de año. Esta iniciativa busca eliminar los montones de bolsas de plástico que han sido el blanco perfecto para las ratas y fuente de malos olores en las calles de la ciudad.
Jessica Tisch, excomisionada de saneamiento, destacó el impacto del cambio:
“Durante 50 años, hemos colocado nuestra basura directamente en las aceras. Esto es revolucionario para Nueva York, aunque en muchas ciudades del mundo sea lo habitual.”
Historia de la basura en la ciudad
A principios del siglo XX, los neoyorquinos usaban botes de metal, pero la huelga de recolectores de basura en 1968 llevó a la adopción de bolsas de plástico, consideradas más prácticas y limpias en ese momento. Sin embargo, estas bolsas no lograron proteger contra la proliferación de ratas, lo que ha convertido a Nueva York en un epicentro del problema.
Desafíos logísticos y resistencia
El nuevo sistema enfrenta críticas:
- Espacio limitado: Los vecindarios densamente poblados carecen de lugares adecuados para almacenar contenedores.
- Costos adicionales: Algunos edificios han contratado personal para gestionar los contenedores, lo que incrementa gastos.
- Carga laboral: Superintendentes y trabajadores reportan un aumento significativo de tareas.
Dominick Romeo, de NYC Building Supers, expresó su frustración:
“Esto ha reorganizado nuestras vidas. La implementación no consideró la realidad de muchos edificios.”
El futuro del sistema
Los edificios más grandes tendrán contenedores designados en las calles, con camiones automatizados que facilitarán la recolección. Sin embargo, actualmente los trabajadores de saneamiento siguen vaciando manualmente los residuos, lo que genera demoras.
Sanciones y expectativas
Las multas por incumplimiento, que oscilarán entre $50 y $200, entrarán en vigor el 2 de enero de 2025. Tisch confía en que, pese a las dificultades iniciales, los neoyorquinos adoptarán este sistema por los beneficios a largo plazo:
“Nadie quiere vivir en calles sucias ni lidiar con jugos de basura al salir de casa.”
Con esta medida, Nueva York busca alinearse con otras grandes urbes del mundo en su manejo de residuos, a la vez que mejora la calidad de vida de sus habitantes.