Moscú, 22 de noviembre de 2024.– El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la producción en serie de una nueva generación de misiles hipersónicos, capaces de alcanzar las principales capitales europeas en cuestión de minutos, incrementando las tensiones en un escenario global ya marcado por la inestabilidad. En una reunión con representantes del Ministerio de Defensa y la industria militar rusa, Putin aseguró: “Nadie en el mundo tiene este armamento todavía. Lo importante es que nosotros ya lo poseemos”.
El anuncio se produjo días después del lanzamiento del misil hipersónico Oréshnik (Avellano) contra objetivos en Ucrania, calificado por el Kremlin como “garante de la soberanía rusa”. Aunque los ataques se realizaron en el marco del conflicto con Kiev, el mensaje parece dirigido a Estados Unidos y Europa, particularmente a los países que han suministrado armamento de largo alcance al ejército ucraniano.
Misil hipersónico Oréshnik: una nueva amenaza
Putin aprobó la producción en masa del Oréshnik, un misil con una velocidad de entre 2,5 y 3 kilómetros por segundo, lo que lo hace indetectable para los sistemas antimisiles actuales. Según el mandatario, su impacto es comparable al de un arma estratégica, aunque no se clasifica como arma de destrucción masiva debido a su alta precisión. “La producción en serie ya está prácticamente organizada”, aseguró.
El misil tiene un alcance de varios miles de kilómetros, lo que lo convierte en un instrumento clave para las Fuerzas Estratégicas rusas. Según el comandante de estas fuerzas, Serguéi Karakáev, el Oréshnik podría golpear cualquier objetivo en Europa: “Es comparable con el uso de armas nucleares”.
Una Europa bajo presión
El Kremlin ha intensificado su retórica contra los “satélites europeos” de Washington, acusándolos de contribuir al conflicto en Ucrania. En medios rusos ya se especula sobre el tiempo que el Oréshnik tardaría en alcanzar ciudades como Londres, París o Berlín, alimentando el temor de una nueva carrera armamentista.
El anuncio se suma a la reciente promulgación de una doctrina nuclear revisada, que amplía las condiciones bajo las cuales Rusia podría responder con armamento atómico, y al incremento del gasto militar aprobado por la Duma, que ahora superará el 2 % del PIB ruso.
El contexto global: un equilibrio inestable
Putin justificó la reanudación de la fabricación de misiles de corto y medio alcance como respuesta al abandono por parte de Estados Unidos, en 2019, del tratado INF (sobre la eliminación de misiles de estas categorías). También adelantó que Rusia estudia desplegar dichos misiles en territorio europeo, un movimiento que podría cambiar drásticamente el equilibrio estratégico en la región.
“Estamos organizando una línea completa de sistemas hipersónicos”, señaló Putin, subrayando la importancia de estas armas en la actual competencia tecnológica y militar global.
Con el conflicto en Ucrania alcanzando los 1.000 días y una escalada evidente en las capacidades ofensivas rusas, Europa enfrenta un escenario donde las amenazas militares directas podrían transformar la seguridad del continente.