Washington, 20 nov.- Estados Unidos reconoció públicamente este martes a Edmundo González Urrutia, abanderado de la oposición mayoritaria venezolana, como presidente electo de Venezuela, tras las controvertidas elecciones del pasado 28 de julio.
“El pueblo venezolano se pronunció contundentemente el 28 de julio y nombró a Edmundo González como presidente electo. La democracia exige respeto a la voluntad de los votantes”, afirmó el secretario de Estado, Antony Blinken, a través de sus redes sociales.
Aunque la administración de Joe Biden ya había reconocido a González Urrutia como ganador el 1 de agosto, es la primera vez que lo califica abiertamente como “presidente electo”.
Resultados disputados y proclamación oficial
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela declaró la reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato, pero no ha publicado las actas con los resultados detallados de los comicios. Por su parte, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), coalición opositora, presentó sus propias actas que respaldan la victoria de González Urrutia.
Exilio y persecución política
Desde septiembre, González Urrutia se encuentra en España, donde ha denunciado persecución por parte del gobierno de Maduro. Esta situación lo ha obligado al exilio, sumándose a otros líderes opositores que enfrentan medidas represivas en su país.
Razones del reconocimiento de EE.UU.
Un alto funcionario de la administración estadounidense explicó que la designación de González como “presidente electo” busca reafirmar el compromiso de Washington con la voluntad popular venezolana, especialmente ante la cercanía de la toma de posesión de Maduro, prevista para el 10 de enero.
Sin embargo, este reconocimiento no implica que Estados Unidos considere a González Urrutia como el presidente en funciones de Venezuela, pero sí refuerza su postura de que fue el ganador legítimo de las elecciones de julio.
Contexto político y repercusiones internacionales
El apoyo de Estados Unidos a González Urrutia podría aumentar la presión internacional sobre el régimen de Maduro, mientras que países aliados del oficialismo, como Rusia y China, mantienen su respaldo al mandatario.
La declaración de Blinken marca un nuevo capítulo en la crisis política venezolana, donde la falta de transparencia electoral y las denuncias de persecución a opositores continúan siendo el foco de atención global.