KIEV, Ucrania, 18 Nov.- La decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de permitir que Ucrania utilice misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para atacar objetivos dentro de Rusia ha generado una intensa respuesta internacional. Moscú emitió advertencias severas, Kiev mantuvo un tono reservado, y algunos aliados occidentales expresaron apoyo, mientras el conflicto ucraniano se acerca a los 1.000 días de combates.

El anuncio coincide con una escalada de violencia. Este domingo, un misil balístico ruso con municiones de racimo impactó en un área residencial en Sumy, al norte de Ucrania, causando 11 muertos, incluidos dos niños, y dejando 84 heridos. En Odesa, al sur del país, otro ataque ruso destruyó bloques de apartamentos, resultando en ocho muertos y 18 heridos, entre ellos un menor, según informes del gobernador regional Oleh Kiper.

Un giro en la estrategia estadounidense

Washington ha flexibilizado las restricciones que limitaban el uso de armamento estadounidense, tras meses de descartar tal medida por temor a una escalada directa entre la OTAN y Rusia. La decisión ocurre en medio de informes de que tropas norcoreanas han sido desplegadas en Rusia para reforzar al ejército ruso, particularmente en la región fronteriza de Kursk.

Aunque no se han detallado completamente las nuevas directrices, se espera que el cambio permita a Ucrania incrementar la presión sobre las líneas rusas. “Los misiles hablarán por sí mismos”, declaró el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien evitó celebraciones públicas, en consonancia con la política de mantener discreción en operaciones militares.

Reacciones de Moscú y aliados occidentales

El Kremlin calificó la decisión como un paso peligroso hacia la escalada. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, recordó declaraciones de septiembre de Vladímir Putin, quien advirtió que permitir ataques en territorio ruso cambiaría “la naturaleza del conflicto” y equivaldría a una declaración de guerra de la OTAN.

Legisladores rusos también reaccionaron con dureza. Leonid Slutsky calificó a Biden como “Bloody Joe”, mientras que el senador Vladimir Dzhabarov señaló que este paso acerca al mundo a una posible “tercera guerra mundial”.

Por su parte, líderes de los países bálticos respaldaron la medida. Margus Tsahkna, ministro de Exteriores de Estonia, destacó la necesidad de eliminar restricciones al apoyo militar para Ucrania, mientras su homólogo lituano, Gabrielius Landsbergis, instó a verificar si Ucrania dispone del arsenal suficiente para aprovechar este cambio estratégico.

Escenario incierto ante cambio de liderazgo en EE. UU.

La autorización de Biden se produce a menos de dos meses de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia estadounidense. Trump ha prometido terminar rápidamente la guerra, generando incertidumbre sobre la continuidad del respaldo militar a Ucrania.

Amenaza de escalada global

El periódico estatal ruso Rossiyskaya Gazeta advirtió que la decisión podría atraer a la OTAN hacia un conflicto directo con Rusia, una perspectiva que algunos analistas consideran cada vez más probable. Entretanto, el panorama sobre el terreno sigue siendo devastador para Ucrania, que enfrenta retrocesos en Donetsk y una ofensiva aérea sostenida contra su población civil.

Con la guerra en su fase más incierta, la autorización de ataques contra Rusia añade una nueva y peligrosa dimensión al conflicto, poniendo a prueba los límites de la diplomacia y el apoyo militar internacional.

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