Montreal, 29 sep. – Miembros de las comunidades musulmana y magrebí de Montreal se reunieron el sábado por la tarde en el parque Wilfrid-Bastien, ubicado en el distrito St. Leonard, para denunciar lo que describen como un alarmante “flagelo” de pandillas callejeras que reclutan a jóvenes para realizar actividades delictivas. Esta manifestación, que incluyó la participación de varios niños que llevaban carteles negros en señal de luto, fue organizada para visibilizar una problemática creciente en la región.
Hadjira Belkacem, presidenta y fundadora de la Asociación de Sepulcros Musulmanes de Quebec, expresó su indignación: “Estamos hartos de ver cómo masacran a nuestros hijos… Estamos indignados y de luto”. Belkacem, quien también organizó el evento, subrayó la necesidad de una acción colectiva para abordar la crisis.
El evento se llevó a cabo en un contexto marcado por varios incidentes recientes, incluido el trágico fallecimiento de un niño de 14 años de ascendencia argelina, que fue encontrado cerca de un búnker asociado a los Hells Angels en Frampton, Quebec. Aunque la policía provincial no ha confirmado la identidad del menor ni la causa de su muerte, informes de medios sugieren que el niño había huido de su hogar en St. Leonard y que supuestamente fue enviado a atacar el búnker.
Michel Bissonnet, alcalde del distrito, hizo un llamado a todos los niveles de gobierno para que intervengan en esta crisis. “Necesitamos la ayuda del centro de la ciudad y la ayuda de los gobiernos provinciales y federales”, afirmó, destacando la necesidad de fondos adicionales para aumentar la presencia de trabajadores de intervención y ofrecer más servicios que mantengan a los jóvenes alejados de problemas.
El ministro de Seguridad Pública de Quebec, François Bonnardel, también ha reconocido la gravedad del reclutamiento por parte de pandillas, describiendo estas actividades como “viles”. En su mensaje en X, Bonnardel expresó su sorpresa ante la situación en Frampton y calificó de repugnante el hecho de que las pandillas recluten a jóvenes para realizar trabajos delictivos.
Belkacem compartió preocupaciones sobre el impacto de estas pandillas en las familias, especialmente entre aquellas con raíces en el norte de África. “Las bandas callejeras les piden que roben coches, que salgan a matar… Reclutan a chicos para que hagan su trabajo sucio”, alertó, señalando que muchas familias han solicitado ayuda tras enterarse de que sus hijos han sido reclutados.
Nazar Saaty, un abogado que colabora con la Asociación Musulmana de Sepulcros de Quebec y trabaja con jóvenes delincuentes, mencionó que el reclutamiento está ocurriendo “a un ritmo explosivo”. También destacó el miedo de las familias a perder la custodia de sus hijos si deciden denunciar estos casos a los servicios de protección de la juventud.
Saaty sugirió que, en lugar de reforzar la represión contra los jóvenes delincuentes, se debería introducir legislación en el Código Penal que penalice severamente a los adultos que recluten a menores. “Lo peor que le puede pasar a un menor es ser enviado a un centro… mientras que yo iré a la cárcel”, explicó, enfatizando la explotación de las vulnerabilidades en la legislación actual por parte de los grupos criminales.
La manifestación no solo resaltó la urgencia de la situación, sino también la determinación de las comunidades de Montreal para combatir el reclutamiento de jóvenes por pandillas y trabajar por un futuro más seguro para sus hijos.