Pekín, 3 Sep.- El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó a Mongolia la noche del lunes para una visita oficial, desafiando la orden de arresto emitida en su contra por la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de guerra en Ucrania.
A su llegada al Aeropuerto Internacional Buyant-Ukhaa en Ulán Bator, Putin fue recibido por la ministra de Exteriores de Mongolia, Batmunkh Battsetseg, y el embajador ruso en Mongolia, Yevsikov Alexei Nikolaevich. La recepción contó con una fuerte presencia diplomática, según informó la agencia oficial mongola Montsame.
Durante su estancia, Putin sostendrá reuniones con el presidente mongol, Ukhnaa Khurelsukh, donde se prevé la firma de varios acuerdos destinados a fortalecer la cooperación bilateral, consolidada por el Tratado de Relaciones Amistosas y Asociación Estratégica Integral firmado en 2019. Además, participará en un evento conmemorativo del 85º aniversario de la batalla del río Khalkh, un enfrentamiento histórico entre tropas soviéticas y mongolas contra fuerzas japonesas.
Esta es la primera visita de Putin a un Estado miembro de la CPI desde que el organismo emitió una orden de detención contra él el año pasado por presuntos crímenes de guerra en Ucrania, una decisión que ha sido criticada por Moscú. En 2023, Putin evitó asistir a la cumbre del grupo BRICS en Sudáfrica por temor a ser arrestado.
La CPI solicitó oficialmente el viernes a Mongolia, que firmó el tratado de la CPI en 2000 y lo ratificó en 2002, que coopere con el tribunal y detenga al presidente ruso. El tribunal enfatizó que “los Estados Partes del Estatuto de Roma de la CPI tienen la obligación de cooperar de conformidad con el Capítulo IX del Estatuto de Roma, mientras que los Estados no Partes pueden decidir cooperar de manera voluntaria”.
La CPI advirtió que “en caso de falta de cooperación, los jueces pueden informar a la asamblea de los Estados Partes, que adoptaría las medidas que considere apropiadas”.
Ucrania también ha expresado su esperanza de que Mongolia comprenda que Putin es un criminal de guerra, señalando que “el secuestro de niños ucranianos es solo uno de los muchos crímenes por los que Putin y otros líderes políticos y militares de Rusia deben enfrentar justicia”, según informó el Ministerio de Exteriores ucraniano.
Las relaciones diplomáticas entre Mongolia y Rusia se establecieron en 1921, con embajadas en Ulán Bator y Moscú desde 1922, reflejando una conexión histórica que ahora se renueva en un contexto de crecientes tensiones internacionales.