Santiago de Chile, 8 de agosto.- Más de 60.000 personas en Santiago se encuentran atrapadas en una crisis eléctrica sin precedentes, cumpliendo una semana sin suministro eléctrico, mientras el gobierno del presidente Gabriel Boric eleva la presión sobre la distribuidora Enel, amenazando con la cancelación de su concesión si no restablece el servicio de manera inmediata.
El desastre comenzó hace una semana cuando un feroz temporal azotó el centro y sur de Chile, desatando vientos de hasta 124 kilómetros por hora que derribaron miles de árboles y postes eléctricos, dejando a una vasta área de la capital y otras regiones sin luz. La magnitud del corte ha puesto al gobierno de Boric en una encrucijada, obligándolo a tomar medidas drásticas ante lo que se considera una de las mayores crisis eléctricas de la historia del país.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades y las promesas de Enel, la empresa encargada de la distribución eléctrica en la mayor parte de Santiago, miles de hogares aún permanecen a oscuras. La situación es especialmente crítica en la región de La Araucanía, donde más de 4.500 clientes siguen sin servicio, así como en las regiones del centro como O’Higgins y Biobío, que reportan 7.300 y 1.500 cortes, respectivamente, según el último informe de la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC).
En respuesta a la creciente desesperación de la ciudadanía, el presidente Boric se dirigió al país desde el Palacio de La Moneda, emitiendo un ultimátum a Enel y exigiendo que la empresa adelante las compensaciones a los afectados. “Es absolutamente inaceptable que haya empresas, como Enel, que han buscado ahorrarse plata mientras hay gente que todavía está sin luz en las casas”, afirmó el mandatario con un tono de indignación que refleja la gravedad de la crisis.
El ministro de Energía, Diego Pardow, detalló este jueves que el proceso de revisión de la concesión de Enel se llevará a cabo en varias fases, comenzando con un ultimátum: la compañía tiene 24 horas para restaurar el servicio a 20.000 clientes. De no cumplir con esta primera meta, se activará la siguiente fase administrativa, conocida como la fase adversarial, que podría culminar en la revocación de la concesión.
Ante la persistencia de la crisis, el Ejército se desplegó en diversos barrios de Santiago para colaborar en las labores de limpieza de calles y el levantamiento de árboles caídos, mientras los vecinos, hartos de la prolongada falta de energía, han salido a protestar, exigiendo respuestas y soluciones en medio de uno de los inviernos más fríos que ha experimentado la capital en los últimos años.
La situación ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del gobierno de Boric y ha encendido un debate sobre la eficacia y responsabilidad de las empresas concesionarias de servicios públicos en Chile. Con la mirada puesta en las próximas horas, la presión sobre Enel crece, al igual que la impaciencia de miles de chilenos que aún esperan la restitución de un servicio esencial.