París, 12 de julio.- El Nuevo Frente Popular de Francia enfrenta desafíos significativos en su intento de nombrar a un nuevo Primer Ministro, con posiciones enfrentadas dentro del grupo que complican la llegada a un consenso. Según declaraciones en BFMTV por Marine Tondelier, líder ecologista, la disputa radica en qué facción del frente puede reclamar mayor representatividad para nominar al jefe del Ejecutivo.
La Francia Insumisa (LFI), al ser el grupo mayoritario, argumenta que su candidato debería ser el seleccionado. Sin embargo, los socialistas advierten que optar por un miembro de LFI podría obstaculizar la capacidad de gobierno por la falta de habilidades negociadoras necesarias para dialogar con otras formaciones políticas.
El secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, ha propuesto una solución alternativa a esta parálisis nominando a Huguette Bello, respetada presidenta del Consejo regional de La Reunión. Bello, ex miembro del Partido Comunista y fundadora del partido Por la Reunión en 2012, es vista como una figura capaz de alcanzar consensos y dialogar efectivamente con el presidente de la República.
Esta crisis llega en un momento crítico, dado que cualquier gobierno formado necesitaría evitar una moción de censura para no ser derribado inmediatamente, considerando que el Nuevo Frente Popular cuenta con 195 diputados pero necesita casi un centenar más para asegurar una mayoría absoluta.
La situación se complica aún más con las advertencias de Marine Le Pen y otros líderes políticos, quienes han prometido oponerse firmemente a cualquier gobierno que incluya a miembros de LFI o ecologistas en roles ministeriales.
Mientras tanto, el presidente Emmanuel Macron ha hecho un llamado a la unidad, instando a las “fuerzas republicanas” a priorizar la nación por encima de las ambiciones personales, en medio de un ambiente de división y lucha por el poder dentro de su propia formación política.