Caracas, Venezuela, 6 de julio de 2024. – A medida que Venezuela se acerca a las elecciones presidenciales del 28 de julio, la atmósfera política se intensifica con acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición. La campaña, que comenzó este jueves y se extenderá hasta el 25 de julio, ha sido descrita por analistas como especialmente hostil, un tono que probablemente se intensificará en las próximas semanas.
Recientemente, en Caracas y otras partes del país, han surgido vallas publicitarias que atacan a la oposición. Una de ellas, ubicada en la principal autopista de la capital, acusa a la oposición de ser responsable de las sanciones impuestas por Estados Unidos en junio de 2017, las cuales, según el cartel, bloquean fondos y dificultan la importación de insulina. Otra valla, también en Caracas, atribuye a sanciones de diciembre de 2017 la dificultad para transportar combustible. Ambos mensajes apuntan a que estas restricciones fueron solicitadas por la oposición a Estados Unidos.
El politólogo Pablo Quintero comentó a EFE que estos señalamientos tienen como objetivo debilitar la credibilidad de los opositores y generar dudas entre la población, afectando negativamente tanto la movilización del voto como la percepción del antichavismo. Según Quintero, es parte de una estrategia del Gobierno para reforzar la narrativa de que la oposición es la única responsable de la crisis venezolana.
En este sentido, figuras como María Corina Machado, líder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y otros prominentes opositores como Juan Guaidó y Leopoldo López, han sido visibilizados en diversas vallas a lo largo del país con la frase “el tren de las sanciones”, acusándolos de buscar activamente las sanciones contra Venezuela.
Sin embargo, Quintero aclara que, aunque estas sanciones han agravado la situación, no son las causantes de la crisis en sí. Según el experto, la raíz del problema reside en una serie de malas decisiones económicas y en una trama de corrupción que involucra a altos funcionarios del Gobierno, quienes han acumulado importantes sumas de dinero. Este aspecto de la corrupción y la mala gestión económica, apunta, no ha sido abordado por el presidente y candidato Nicolás Maduro en su campaña electoral.
Mientras tanto, la tensión política continúa escalando en Venezuela, con cada bando tratando de ganar la confianza y el apoyo de un electorado profundamente polarizado y cansado de la prolongada crisis económica y social que enfrenta el país.