Ciudad de Panamá, 2 de julio de 2024.- En una ceremonia que contó con la presencia de líderes internacionales, José Raúl Mulino ha tomado posesión como Presidente de Panamá para el período 2024-2029. Mulino, quien emergió como candidato presidencial tras la inhabilitación de Ricardo Martinelli, ganó las elecciones del pasado 5 de mayo con el 34,23% de los votos.
La investidura se llevó a cabo en el Centro de Convenciones Atlapa de Ciudad de Panamá, donde Mulino juró cumplir y hacer cumplir la ley y la Constitución del país, ante la nueva presidenta de la Asamblea Nacional, Dana Castañeda, y dignatarios como el rey Felipe VI de España y varios presidentes latinoamericanos.
Contexto Político y Parlamentario
A pesar de su victoria en la presidencia, el partido de gobierno, Realzando Metas (RM), enfrenta un escenario parlamentario fragmentado. En una inédita configuración política, los independientes se han convertido en la primera minoría en el Parlamento con 20 escaños. Esta situación podría complicar la gobernabilidad, dado que RM cuenta con solo 13 de los 71 escaños en la Asamblea Nacional.
El desgaste de los partidos tradicionales también se reflejó en los resultados electorales, con significativas reducciones en el número de escaños para el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y Cambio Democrático (CD), mientras que el Partido Panameñista (PPa) mantuvo su representación.
Desafíos Inminentes
El nuevo mandatario panameño enfrenta múltiples desafíos. Entre ellos, la reactivación económica y la gestión de un subsistema de pensiones al borde del colapso. Además, deberá abordar la crisis hídrica que afecta al Canal de Panamá y responder a la problemática de la migración irregular, con un flujo constante de migrantes que cruzan el país hacia Estados Unidos.
Otro tema crítico es la controversia en torno a la minería, sector que ha generado amplio debate y rechazo social en diversas comunidades.
Mirada al Futuro
Con un panorama político complejo y una serie de desafíos económicos y sociales, la administración de Mulino deberá buscar consensos amplios para implementar las reformas necesarias que Panamá necesita. Su capacidad para navegar en este entorno dividido será crucial para determinar el éxito de su mandato en los próximos cinco años.