Expansión de Supuestas Bases de Espionaje Chinas en Cuba Preocupa a Estados Unidos

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Washington, 2 de julio de 2024.- Un nuevo informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, ha revelado a través de imágenes satelitales la expansión de lo que se presume son bases de espionaje chinas en Cuba. Este desarrollo se encuentra notablemente cerca de la base naval de Guantánamo, a poco más de 110 kilómetros de distancia, aumentando las preocupaciones de seguridad nacional para Estados Unidos.

El informe detalla que las construcciones incluyen estaciones de escucha electrónica que podrían estar siendo utilizadas por China para interceptar comunicaciones confidenciales de instalaciones militares estadounidenses, bases de lanzamiento espacial, así como de embarcaciones militares y comerciales en el sureste de Estados Unidos.

Vedant Patel, portavoz adjunto del Departamento de Estado, evitó confirmar directamente las afirmaciones del informe durante una rueda de prensa, pero enfatizó que Estados Unidos ha estado al tanto de las actividades de espionaje chinas desde Cuba durante décadas, tomando las medidas necesarias para contrarrestar dichas operaciones.

El estudio del CSIS también identifica otros cuatro emplazamientos en Cuba – Bejucal, El Salao, Wajay y Calabazar – donde las instalaciones de espionaje electrónico han sido significativamente mejoradas y expandidas. Algunas de estas instalaciones, como Bejucal y Calabazar, cuentan con grandes antenas parabólicas que sugieren una capacidad avanzada para la interceptación de señales.

En respuesta a la publicación de este informe, que fue inicialmente divulgado por The Wall Street Journal, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, descartó la existencia de bases militares chinas en Cuba, calificando las afirmaciones como parte de una “campaña de intimidación”. Fernández de Cossío criticó al diario por lo que considera una falta de evidencia y la utilización de información no verificable.

Este asunto se inscribe en un contexto más amplio donde el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ya había anunciado en junio del año pasado que su gobierno estaba implementando una estrategia de contraespionaje en respuesta a la expansión de las operaciones de inteligencia chinas en Cuba durante la administración de Donald Trump.

Este desarrollo plantea importantes interrogantes sobre la seguridad nacional de Estados Unidos y las implicaciones para las relaciones internacionales en la región del Caribe.

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