El Kremlin responde con cautela a la autorización de Trump para que Ucrania use misiles de largo alcance contra Rusia

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Moscú, 29 sep.– El Kremlin reaccionó con extrema cautela tras la confirmación de que Estados Unidos ha autorizado a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance, incluidos los Tomahawk, para atacar objetivos en territorio ruso bajo la supervisión directa del Pentágono y con aprobación del presidente Donald Trump.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz presidencial Dmitri Peskov advirtió que Moscú está evaluando la medida con atención: “Ahora las estamos analizando cuidadosamente. Deben analizarse en términos de amenazas y, por supuesto, nuestros especialistas militares están siguiendo de cerca esta cuestión”.

Peskov planteó dudas sobre la operatividad de estos sistemas: “¿Quién puede lanzar estos misiles? Incluso si están en territorio controlado por Kiev, ¿serán operados únicamente por ucranianos o también por personal militar estadounidense? ¿Quién fija los objetivos: Washington o los propios ucranianos?”.

El escepticismo ruso ante los Tomahawk

Aunque reconoció que Washington podría permitir el uso de misiles Tomahawk desde Ucrania, Peskov sostuvo que ello no cambiará el curso del conflicto: “No existe un arma mágica, ni tomahawks ni misiles, que puedan alterar la dinámica en el frente”.

Esta postura busca minimizar el impacto de la decisión de Trump, pero deja entrever la preocupación del Kremlin por la escalada armamentística y el riesgo de una implicación más directa de Estados Unidos en la guerra.

La posición de Washington y Kiev

El anuncio fue realizado por el enviado especial estadounidense para Ucrania, Keith Kellogg, en una entrevista con Fox News. Kellogg subrayó que la autorización no es automática, sino que se analizará “caso por caso”, dependiendo de cada operación y en coordinación con los aliados.

“La respuesta es sí, usen la capacidad de golpear a fondo. No existen santuarios”, afirmó el funcionario, al tiempo que advirtió que se trata de “un asunto global” que requiere prudencia frente a las recientes incursiones rusas en el espacio aéreo de la OTAN y la Unión Europea.

Durante la Asamblea General de la ONU, el presidente ucraniano Volodímir Zelensky solicitó personalmente a Trump la entrega de misiles de crucero Tomahawk. El vicepresidente estadounidense JD Vance confirmó que la administración evalúa el suministro, aunque recalcó que aún no hay una decisión final.

Dependencia de Ucrania del apoyo occidental

A pesar de los avances tecnológicos propios —como el desarrollo de drones y misiles de largo alcance—, Ucrania sigue dependiendo del armamento avanzado y la tecnología militar de sus aliados occidentales para ejecutar operaciones estratégicas.

Mientras tanto, Kiev ya ha reivindicado ataques con misiles contra fábricas militares rusas en Briansk, intensificando la presión sobre la infraestructura de defensa rusa en regiones fronterizas.

La autorización de Washington marca un punto de inflexión en la guerra, ya que por primera vez abre la puerta a que Ucrania ataque con armamento occidental dentro del territorio ruso, un escenario que podría redefinir la naturaleza del conflicto y aumentar el riesgo de una confrontación directa entre Estados Unidos y Rusia.

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