Tensión en aumento entre Tailandia y Camboya pese a llamados internacionales a un alto el fuego

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BANGKOK/NOM PEN, 27 de julio – Pese a los llamamientos al diálogo y a las reiteradas peticiones de alto el fuego, el conflicto armado entre Tailandia y Camboya ha entrado en su cuarto día consecutivo de hostilidades, con al menos 32 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados a lo largo de su frontera común.

Ambos países se culpan mutuamente de haber iniciado las agresiones el pasado jueves. La portavoz del Ministerio de Defensa camboyano, Maly Socheata, denunció que las fuerzas tailandesas están utilizando armamento pesado, incluyendo bombas de racimo y aviones de combate, en ataques directos sobre territorio camboyano. “Las fuerzas tailandesas continúan con incursiones agresivas”, afirmó.

En respuesta, el Ejército tailandés informó que ha recibido bombardeos de artillería procedentes de Camboya en las provincias de Surin y Ubon Ratchathani, señalando a Nom Pen como responsable de nuevas provocaciones armadas.

El intercambio de fuego ha escalado la tensión en una zona ya sensible por disputas territoriales históricas, particularmente en torno a templos y aldeas fronterizas cuya soberanía ha sido objeto de litigio durante décadas. En las últimas 48 horas, decenas de familias han abandonado sus hogares, buscando refugio ante el temor de una escalada aún mayor del conflicto.

El más reciente comunicado del Ministerio de Defensa camboyano acusa directamente a Tailandia de “intensificar el conflicto en lugar de reducirlo”. En paralelo, Bangkok sostiene que Camboya no ha cesado sus ataques a pesar de los compromisos iniciales de diálogo.

Mientras la comunidad internacional intenta mediar, el expresidente estadounidense Donald Trump aseguró haber conversado por separado con los líderes de ambos países, Phumtham Wechayachai por Tailandia y Hun Manet por Camboya, en un esfuerzo por impulsar una solución diplomática inmediata. Ambos gobiernos confirmaron los contactos y manifestaron su voluntad de avanzar hacia un acuerdo bilateral, aunque los hechos sobre el terreno contradicen esas intenciones.

El secretario general de la ONU, António Guterres, también expresó su preocupación y reafirmó su disposición a “colaborar en cualquier esfuerzo que conduzca a una resolución pacífica” del conflicto.

Pese a estos gestos diplomáticos, la situación sigue deteriorándose, con un escenario cada vez más volátil que amenaza con convertirse en una crisis regional de mayor envergadura si no se logra un alto el fuego inmediato.


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