Muere Michael Madsen a los 67 años: el actor fetiche de Tarantino deja un legado de villanos inolvidables

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Los Ángeles, 3 jul.- El actor estadounidense Michael Madsen, célebre por sus papeles intensos y violentos en el cine de Quentin Tarantino, falleció este jueves a los 67 años tras sufrir un paro cardíaco en su residencia de Malibú, confirmaron las autoridades del Condado de Los Ángeles.

Madsen, cuyo cuerpo fue hallado sin vida por equipos de emergencia alertados por una llamada al 911, fue declarado muerto a las 8:25 de la mañana. Su representante, Ron Smith, confirmó a medios como The Hollywood Reporter que el actor murió de un infarto y que no hubo indicios de violencia o actividad delictiva en la escena.

Con más de 346 créditos en IMDb, Madsen fue un actor prolífico y carismático, con una carrera que abarcó cuatro décadas y una marcada impronta de tipos duros, solitarios y peligrosos.

El legado de un “villano entrañable”

Nacido el 25 de septiembre de 1957 en Chicago, hijo de un bombero y una documentalista ganadora de un Emmy, Madsen comenzó su carrera actoral en el teatro Steppenwolf de Chicago, donde fue aprendiz de John Malkovich. Tras pequeños papeles en WarGames (1983) y The Natural (1984), su salto a la fama llegó en 1992 con Reservoir Dogs (Perros de la calle), donde interpretó al sádico Mr. Blonde.

La brutal escena en la que corta la oreja de un policía al ritmo de Stuck in the Middle With You lo convirtió en uno de los grandes villanos del cine moderno, un rol que cimentó su imagen de rudo implacable.

Tarantino lo convirtió en uno de sus actores fetiche, incluyéndolo en Kill Bill (Vol. 1 y 2), Los ocho más odiados y Érase una vez en Hollywood. Pese a esa estrecha colaboración, Madsen rechazó el papel de Vincent Vega en Pulp Fiction, que luego encumbró a John Travolta, una decisión que siempre lamentó.

También dejó huella en filmes como Thelma & Louise, Donnie Brasco, The Doors, Free Willy, Species, Sin City, Scary Movie 4, y fue actor de voz en videojuegos como Grand Theft Auto III, Dishonored y Crime Boss: Rockay City.

Una vida marcada por la tragedia personal

A lo largo de su vida, Madsen enfrentó múltiples conflictos personales. Estuvo casado tres veces y fue padre de siete hijos. En 2022, sufrió el golpe más duro: el suicidio de su hijo Hudson a los 26 años. Ese mismo año fue arrestado por allanamiento y en 2024 enfrentó cargos por agresión doméstica.

Pese a ello, Madsen trataba de mantener una imagen distante del arquetipo de maleante que lo perseguía. “La gente me ve y piensa: ‘¡Mierda, es ese tipo!’. Pero no soy ese tipo. Soy un padre. Estoy casado. Cuando no estoy filmando, estoy en pijama, viendo la tele con mi hijo”, dijo en 2018.

Proyectos inconclusos y un libro pendiente

Antes de su muerte, Madsen trabajaba en varias películas independientes como Resurrection Road, Concessions y Cookbook for Southern Housewives, y planeaba publicar el libro Tears for My Father: Outlaw Thoughts and Poems, una recopilación de escritos íntimos.

Su muerte deja un vacío en el cine estadounidense y entre los seguidores del cine de Tarantino, para quienes Madsen fue mucho más que un actor de reparto: fue la encarnación perfecta del antihéroe, el tipo duro de corazón roto y mirada peligrosa.

Con su partida, se apaga una voz única del cine contemporáneo. Pero su legado —como Mr. Blonde, Budd, o cualquier otro de sus inolvidables personajes— seguirá resonando en la memoria del séptimo arte.

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