QUITO, 10 de mayo.— Un ataque armado contra una patrulla militar en la provincia amazónica de Orellana, Ecuador, dejó el viernes a 11 soldados muertos y uno herido, según informó el Ejército. El incidente ocurrió durante operaciones contra la minería ilegal en la zona del Alto Punino, ubicada a unos 170 kilómetros al oriente de Quito.
Detalles del Ataque
El Ejército detalló que cuatro equipos de combate compuestos por 80 militares armados fueron emboscados por un grupo ilegal armado identificado como los Comandos de la Frontera. Los atacantes utilizaron explosivos, granadas y fusiles para agredir a las fuerzas militares que realizaban labores de control en la región.
“Fueron atacados mientras cumplían misiones destinadas a combatir la minería ilegal”, señaló el comunicado oficial del Ejército. Además, se confirmó que uno de los integrantes del grupo armado también perdió la vida durante el enfrentamiento.
La Fiscalía de Ecuador ratificó la cifra de 11 fallecidos tras la diligencia de levantamiento de cadáveres, quienes fueron trasladados a un centro forense para su identificación. Inicialmente, las autoridades habían reportado ocho víctimas mortales.
Los Comandos de la Frontera: Origen y Actividades
Los Comandos de la Frontera son una organización ilegal conformada principalmente por disidentes de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que no se acogieron al acuerdo de paz firmado entre el Estado colombiano y la guerrilla en 2016. Estos grupos se han consolidado como poderosas estructuras dedicadas al narcotráfico y la minería ilegal, operando en los departamentos colombianos de Putumayo y Nariño, fronterizos con Ecuador.
Las autoridades ecuatorianas han advertido repetidamente sobre la influencia de estos grupos en actividades ilícitas dentro del territorio nacional, especialmente en zonas amazónicas donde la minería ilegal ha causado graves impactos ambientales, incluida la deforestación masiva.
Reacciones desde Ecuador y Colombia
El Ministerio de Gobierno de Ecuador emitió un comunicado rechazando el ataque y advirtiendo que no tolerará acciones vinculadas al narcoterrorismo y la minería ilegal que pongan en riesgo la seguridad y la paz ciudadana.
Desde Colombia, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, condenó el atentado y lo atribuyó a las disidencias de las FARC, asegurando que actos como este “enlutan a toda la región”. Sánchez abogó por un trabajo conjunto entre ambos países para garantizar la seguridad en la frontera común.
Por su parte, el comandante del Ejército colombiano, general Emilio Cardozo, afirmó que tras décadas enfrentando a estas disidencias, conocen bien su “barbarie” y prometió apoyo en la búsqueda de los responsables del ataque.
“No dudaremos en apoyar la búsqueda de los responsables”, declaró Cardozo.
Impacto Ambiental de la Minería Ilegal
La expansión de la minería ilegal en provincias amazónicas como Morona Santiago, Napo y Orellana ha generado preocupación entre colectivos ambientalistas. En la zona del Alto Punino, se han registrado denuncias de deforestación masiva debido a esta actividad ilícita, que además contamina ríos y afecta ecosistemas frágiles.
Recientemente, el Ejército ecuatoriano informó sobre el decomiso de maquinaria y materiales utilizados para la minería ilegal en una comunidad de Morona Santiago. Un día antes, también reportaron la inhabilitación de un campamento ilegal en Azuay, en el sur del país.
Un Contexto de Violencia Fronteriza
Este ataque es uno más en una serie de incidentes violentos que han sacudido la región fronteriza entre Ecuador y Colombia. En marzo del año pasado, una emboscada similar dejó un militar muerto y cuatro heridos en una zona limítrofe con Colombia.
El aumento de la violencia vinculada a grupos armados ilegales ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer la cooperación binacional para enfrentar amenazas transfronterizas como el narcotráfico, la minería ilegal y el terrorismo.
Conclusión: Una Región en Peligro
El reciente ataque en Orellana subraya la creciente influencia de grupos armados ilegales en Ecuador, cuyas actividades no solo ponen en riesgo la seguridad nacional, sino que también devastan el medio ambiente y afectan a comunidades locales. Las autoridades ecuatorianas y colombianas enfrentan el desafío de coordinar esfuerzos para desmantelar estas estructuras criminales y garantizar la estabilidad en la región.
“Estos hechos nos recuerdan la urgencia de trabajar juntos para proteger nuestras fronteras y construir un futuro de paz”, concluyó el ministro colombiano Pedro Sánchez.