CALGARY, 29 de abril.- El líder populista del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, sufrió una derrota sorprendente al perder su escaño en el distrito de Ottawa-Carleton durante las elecciones federales del lunes. Según estimaciones publicadas por la Canadian Broadcasting Corporation (CBC), este resultado marca un desenlace inesperado para un político que, hasta hace unos meses, parecía ser el favorito para convertirse en el próximo primer ministro de Canadá.
La pérdida de Poilievre culmina semanas de incertidumbre en una campaña electoral dominada por tensiones políticas internas y externas, incluida la creciente hostilidad entre Canadá y Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. La injerencia del presidente estadounidense en los asuntos canadienses parece haber jugado un papel clave en el resultado electoral, polarizando a los votantes y favoreciendo al actual primer ministro, Mark Carney, y su Partido Liberal.
El Impacto de Trump en la Campaña
Las elecciones estuvieron marcadas por las provocaciones de Trump, quien no solo lanzó una guerra comercial contra Canadá con aranceles punitivos, sino que también sugirió repetidamente que el país debería convertirse en el “estado 51” de EE.UU. Estas declaraciones indignaron a los canadienses, quienes respondieron con un renovado sentido de unidad nacional frente a lo que percibieron como amenazas externas.
Poilievre, cuya retórica populista y estilo confrontacional se asemejaban mucho a los de Trump, adoptó lemas como “Canadá Primero”, inspirado en el lema “Estados Unidos Primero” del mandatario estadounidense. Sin embargo, estas similitudes terminaron siendo contraproducentes, ya que muchos votantes asociaron a Poilievre con un liderazgo divisivo y poco confiable.
“Los progresistas deberían pagarle (a Trump)”, afirmó el historiador canadiense Robert Bothwell, refiriéndose al impacto negativo que tuvo el estilo de Trump sobre los conservadores. “Hablar al estilo de Trump no es bueno para los conservadores.”
Un Reves Para el Partido Conservador
La derrota de Poilievre representa un golpe significativo para los conservadores, quienes esperaban capitalizar el descontento público con el gobierno anterior de Justin Trudeau. Aunque Trudeau renunció antes de las elecciones, los problemas económicos, como el aumento en los precios de alimentos y vivienda, seguían siendo temas sensibles para los votantes.
Sin embargo, la campaña de Poilievre no logró convencer a los electores de que era el cambio que necesitaba Canadá. En lugar de eso, muchos vieron en Mark Carney —un exbanquero central respetado tanto en Canadá como internacionalmente— una figura más estable y preparada para enfrentar las amenazas externas.
En su discurso de concesión, Poilievre prometió seguir luchando por los canadienses, reconociendo que aún quedan lecciones por aprender:
“Sabemos que se necesita un cambio, pero el cambio es difícil de lograr. Toma tiempo. Requiere trabajo. Y por eso tenemos que aprender las lecciones de esta noche, para que podamos tener un resultado aún mejor la próxima vez que los canadienses decidan el futuro del país”, declaró.
A pesar de su derrota personal, Poilievre podría mantenerse como líder del Partido Conservador si así lo decide el partido, aunque su autoridad quedaría debilitada tras este revés electoral.
Un Triunfo Frágil para los Liberales
Con la victoria de Mark Carney, el Partido Liberal aseguró un cuarto mandato consecutivo en el gobierno, aunque el resultado final del conteo de votos aún no estaba claro el martes por la mañana. Según las estimaciones preliminares, los liberales lideraban o habían ganado 168 escaños, cuatro menos de los necesarios para alcanzar una mayoría absoluta en el nuevo Parlamento de 343 bancas.
Si no logran obtener esos escaños adicionales, los liberales dependerán de partidos menores para aprobar legislación y formar gobierno. Esta dinámica podría generar inestabilidad política, especialmente considerando la presencia del Bloc Québécois, un partido separatista que podría usar su influencia para negociar demandas específicas relacionadas con la provincia francófona de Quebec.
Además, el Nuevo Partido Democrático (NDP) perdió terreno en estas elecciones, y su líder, Jagmeet Singh, anunció su renuncia tras ocho años al frente del partido. Este debilitamiento reduce las opciones de alianzas estables para los liberales.
Desafíos Económicos y Políticos Externos
El triunfo de Carney llega en un momento crítico para Canadá. Además de la guerra comercial con Estados Unidos, el país enfrenta una crisis en el costo de vida, con millones de ciudadanos preocupados por el acceso a vivienda asequible y servicios básicos. Durante la campaña, Carney prometió medidas como:
- Destinar los ingresos obtenidos de los aranceles de represalia a trabajadores afectados por la guerra comercial.
- Mantener la atención médica dental y ofrecer recortes de impuestos a la clase media.
- Ajustar los niveles de inmigración para hacerlos sostenibles.
- Incrementar la financiación de la emisora pública, la Canadian Broadcasting Corporation (CBC).
Sin embargo, cumplir estas promesas será un desafío significativo, especialmente si los liberales deben gobernar en minoría. Los analistas advierten que la incertidumbre política podría complicar aún más los esfuerzos por abordar las tensiones comerciales con EE.UU. y mitigar el impacto económico de los aranceles impuestos por Trump.
Conclusión: Una Victoria Nacionalista, Pero Frágil
La victoria de Mark Carney y los liberales refleja un voto de confianza en su capacidad para proteger la soberanía canadiense frente a las amenazas externas. Sin embargo, la fragmentación del Parlamento y los desafíos económicos pendientes plantean dudas sobre la estabilidad futura del gobierno.
Para los conservadores, la derrota de Poilievre y la pérdida de apoyo electoral son una llamada de atención sobre la necesidad de redefinir su mensaje y estrategia política. Mientras tanto, Canadá sigue enfrentando una encrucijada histórica, con la relación con Estados Unidos y la unidad nacional en el centro del debate.
Como destacó Carney en su discurso de victoria:
“Estamos superando el shock de la traición estadounidense, pero nunca debemos olvidar las lecciones. Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. Eso nunca… jamás sucederá.”
El futuro político y económico de Canadá dependerá de cómo el gobierno de Carney maneje estos desafíos mientras busca fortalecer la unidad nacional en un mundo cada vez más impredecible.