LAVAL, 29 de abril.- Un juez del Tribunal Superior de Quebec declaró este martes que Pierre Ny St-Amand, un exconductor de autobús urbano, no es penalmente responsable por el mortal accidente ocurrido en febrero de 2023, cuando embistió con su vehículo una guardería en Laval, causando la muerte de dos niños y dejando heridos a otros seis.
El juez Éric Downs aceptó la conclusión conjunta de la fiscalía y la defensa de que Ny St-Amand, de 53 años, estaba sufriendo una psicosis severa en el momento del incidente y era incapaz de discernir entre el bien y el mal.
Un Veredicto Basado en Salud Mental
En su fallo de 41 páginas, el juez Downs afirmó que los psiquiatras tanto de la fiscalía como de la defensa coincidieron en que Ny St-Amand probablemente experimentaba un episodio psicótico grave provocado por un trastorno de estrés postraumático (TEPT) no tratado, derivado de su infancia traumática en Camboya durante el régimen de los Jemeres Rojos.
El tribunal también escuchó testimonios de que Ny St-Amand podría haber elegido la guardería como un símbolo inconsciente de su propio trauma infantil. Según el psiquiatra Dr. Sylvain Faucher, testigo experto de la fiscalía, el acusado pudo haber querido “matar su propio pasado” debido a la falta de tratamiento para procesar sus experiencias traumáticas.
El juez Downs destacó que si bien no hay duda de que el acusado cometió los actos, su estado mental lo exime de responsabilidad penal:
“Es innegable que el autobús conducido por el acusado impactó la guardería y que no fue un acto accidental”, dijo Downs. “Sin embargo, en cuanto al estado mental del acusado, el tribunal está convencido de que padecía un trastorno mental.”
Las Víctimas: Dos Niños Fallecidos y Seis Heridos
El trágico incidente ocurrió el 8 de febrero de 2023, cuando Ny St-Amand condujo intencionalmente un autobús hacia una guardería en Laval. Las víctimas mortales fueron identificadas como Jacob Gauthier, de cuatro años, y Maëva, una niña de cinco años cuyo apellido permanece protegido por una prohibición de publicación a petición de sus padres. Otros seis niños resultaron heridos en el ataque.
Durante la lectura del veredicto, el juez Downs reconoció el profundo dolor causado a las familias afectadas, pero subrayó que el propósito del sistema judicial canadiense no es castigar a quienes sufren enfermedades mentales graves, sino garantizar su tratamiento y la seguridad pública.
Reacciones Emocionales Fuera del Tribunal
Fuera de la sala del tribunal, los familiares de las víctimas expresaron su frustración y dolor ante el veredicto. Sébastien Courtois, padre de una de las supervivientes, criticó duramente la decisión:
“Prometieron un posible juicio con sanciones potencialmente severas y luego, poco a poco, se excusa lo inexcusable”, dijo Courtois. “Durante toda la audiencia, nunca se escuchó la palabra ‘culpable’, solo el término ‘no responsabilidad’.”
Por su parte, Mélanie Goulet, madre de otro niño sobreviviente, señaló la ironía de centrar el caso en el trauma infantil de Ny St-Amand:
“Se ha hecho mucho hincapié en el trauma entre los cero y los cinco años; la defensa se centra en eso”, comentó Goulet. “Pero resulta paradójico, porque nuestros hijos también experimentaron traumas (en ese rango de edad)… ¿qué implicaciones tiene eso para su futuro?”
El fiscal Simon Blais reconoció la frustración de las familias y aseguró que están haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad pública:
“Obviamente, los apoyamos de todo corazón; nos enfrentamos a una decisión difícil dictada hoy por el juez”, declaró Blais. “Pero estamos haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad pública y la de las víctimas.”
Consecuencias del Veredicto
Aunque Ny St-Amand ha sido declarado no penalmente responsable, esto no significa que será liberado. El tribunal ordenó que permanezca recluido en un hospital psiquiátrico de Montreal, donde recibirá tratamiento continuo. Además, los fiscales presentaron formalmente una moción para que sea etiquetado como delincuente de alto riesgo, lo que impondría normas más estrictas sobre sus ausencias del centro de tratamiento y requeriría la confirmación de cualquier decisión del tribunal provincial de salud mental por parte de un juez del Tribunal Superior de Quebec.
Los abogados de Ny St-Amand, Véronique Talbot y Julien Lespérance-Hudon, anunciaron que impugnarán esta moción, argumentando que su cliente ya está bajo supervisión constante y que no representa un riesgo inminente para la sociedad.
El Pasado Traumático de Ny St-Amand
El caso también arrojó luz sobre la vida personal de Pierre Ny St-Amand, quien nació en Camboya en 1972, poco antes de que los Jemeres Rojos tomaran el poder. Durante su infancia, perdió a sus padres en el conflicto y fue trasladado a varios campos de refugiados bajo la tutela de un primo, quien posteriormente falleció. En uno de esos campos, fue víctima de abuso físico severo por parte de la esposa de su primo, quien lo golpeó brutalmente.
En 1982, fue enviado a Canadá por una agencia humanitaria y adoptado por una familia quebequense. Sin embargo, según los testimonios presentados en el tribunal, Ny St-Amand nunca logró formar vínculos emocionales cercanos ni procesar adecuadamente su trauma infantil, lo que lo dejó vulnerable frente a factores estresantes como un costoso viaje familiar a Disney World y la perspectiva de casarse con su pareja de muchos años.
Conclusión: Un Caso Complejo y Divisorio
El veredicto en el caso de Pierre Ny St-Amand refleja la complejidad de equilibrar justicia, compasión y seguridad pública en situaciones donde la salud mental desempeña un papel central. Aunque el tribunal determinó que el acusado no era consciente de sus acciones en el momento del incidente, las familias de las víctimas siguen enfrentando cicatrices profundas que tardarán años en sanar.
El debate sobre cómo manejar casos similares, especialmente aquellos que involucran violencia extrema y enfermedades mentales graves, continúa siendo un tema sensible en Canadá. Mientras tanto, los tribunales deben navegar entre la necesidad de proporcionar tratamiento adecuado a los acusados y la obligación de proteger a la sociedad de futuros daños.