BUENOS AIRES, 21 ABRIL.- En una catedral que comenzó a llenarse poco después del amanecer, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, ofició una misa homenaje al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y originario de Argentina. La ceremonia reunió a una diversa congregación compuesta por jóvenes y ancianos, profesionales que interrumpieron su rutina laboral y turistas sorprendidos por la noticia.
Frente al altar se dispuso una gran imagen del pontífice sobre un manto negro tendido en el suelo, acompañada de una corona de flores blancas como símbolo de respeto y devoción. Durante la ceremonia, uno de los sacerdotes leyó un pasaje bíblico sobre la resurrección de Jesús, destacando el mensaje de esperanza que Francisco siempre promovió durante su pontificado.
Un Líder Inclusivo
En su homilía, el arzobispo expresó: “Se nos murió el padre de todos, el padre de toda la humanidad, que insistió una y mil veces que en la Iglesia debía haber lugar para todos”. Con estas palabras, García Cuerva resaltó la figura de Francisco como un líder que abrazó la inclusión y defendió los derechos de los excluidos.
“Se nos fue el papa de los pobres, de los marginados, de los que muchos excluyen”, añadió el arzobispo, reflejando el compromiso de Jorge Bergoglio con las causas sociales y su defensa constante de los más vulnerables. Reconoció también que Francisco fue un papa querido pero incomprendido en ocasiones por sus compatriotas debido a las divisiones políticas que generó su figura en Argentina.
Llamado a la Unión
García Cuerva instó a los presentes a tender puentes entre ellos y dejar de enfrentarse: “El mejor homenaje que podemos hacer es tender puentes entre nosotros y dejar de enfrentarnos”. Este llamado a la unidad resonó profundamente en una sociedad argentina marcada por tensiones políticas y sociales.
La catedral estaba prácticamente llena de fieles que vinieron a despedir al líder espiritual nacido en Buenos Aires. Entre los asistentes había personas llorando en silencio, mientras un nutrido grupo de estudiantes de un colegio católico completaba la congregación. También estuvieron presentes figuras públicas como el alcalde de Buenos Aires, Jorge Macri, y otros funcionarios locales.
Reconocimiento Global y Local
La muerte del papa Francisco en su ciudad natal ha generado una ola de condolencias tanto dentro como fuera de Argentina. Su legado como un papa cercano, humano y comprometido con temas globales como la justicia social, la ecología y la paz sigue inspirando a millones de personas en todo el mundo.
María Teresa Delgado, una devota presente en la Basílica de San José de Flores —lugar donde Francisco solía orar cuando era joven—, sostuvo un retrato del difunto pontífice mientras derramaba lágrimas. Afuera de la catedral, un mural dedicado a Francisco servía como recordatorio de su profundo impacto en la comunidad argentina y global.
Con esta misa, Buenos Aires rinde tributo a un hijo ilustre que cambió no solo la Iglesia Católica sino también la percepción del papado en el siglo XXI. Su mensaje de amor universal y solidaridad seguirá siendo un faro para quienes lo admiraron y siguieron su ejemplo.
Este acto marca el inicio de un proceso de duelo y reflexión en Argentina y en la Iglesia universal, mientras se prepara el camino hacia la elección del próximo papa.