Buenos Aires, 19 abr.- Joaquín Sabina puso fin este viernes a una estancia apoteósica en Buenos Aires, ciudad que considera su segunda casa y a la que siempre regresa por el profundo amor que siente por ella. Durante casi un mes, el cantautor español ofreció diez conciertos de despedida dentro de su gira ‘Hola y Adiós’, reuniendo a cien mil espectadores entregados que colmaron cada presentación en el Movistar Arena del barrio porteño de Villa Crespo.

Desde el 24 de marzo, cuando inició esta serie de recitales, Sabina llenó todas las localidades disponibles, con 10.000 personas por noche entonando sus canciones como si fueran himnos personales. En cada actuación, el artista no solo interpretó sus éxitos más emblemáticos, sino que también declaró públicamente su amor incondicional por Buenos Aires y sus habitantes, a quienes agradeció por todo lo que Argentina le ha dado a lo largo de su carrera profesional y personal.

Un Vínculo de Casi Cuatro Décadas
La relación de Joaquín Sabina con Buenos Aires se remonta a hace casi 40 años, cuando la ciudad se convirtió en su puerta de entrada a América. Su primer recital en la capital argentina fue en 1988, en el Teatro Ópera, donde presentó su álbum ‘El hombre del traje gris’. En ese entonces, vendió 700 entradas en un día laborable, algo inusual para la época, lo que marcó el inicio de una conexión especial con el público argentino.

“Mi relación con esta ciudad es muy larga y de amor verdadero. Es mi segunda casa y, a veces, la primera”, expresó Sabina en su primer concierto del mes. En el último, cerró con una declaración emotiva: “Buenos Aires me abrió las puertas de América, estos conciertos son la celebración de ese amor apasionado”.

Amistades Inolvidables y Colaboraciones Legendarias
A lo largo de los años, Sabina ha tejido vínculos entrañables con figuras icónicas de la música y el arte argentinos. Charly García, Pedro Aznar, Fito Páez, Mercedes Sosa, Andrés Calamaro, Ricardo Darín, Gustavo Cerati y Cecilia Roth forman parte de su círculo de amigos y amigas incondicionales en Argentina.

Una de las colaboraciones más recordadas fue con Fito Páez, con quien grabó el álbum ‘Enemigos íntimos’ en 1998. Dos años después, en el mítico Luna Park, Sabina invitó a Charly García al escenario, y juntos improvisaron un tema inspirado en la hazaña (o locura) del músico argentino, quien saltó desde un noveno piso a una piscina en Mendoza. Aquella noche quedó grabada en la historia de la música porteña y dio lugar a la canción ‘Me tiré por vos’, incluida en el disco ‘Sui Generis’ de Charly García.

Cecilia Roth, la actriz argentina musa de Almodóvar, también tuvo un impacto directo en la obra de Sabina. La inspiró para escribir ‘Un vestido y un amor’, una de las canciones más queridas por su público.

Homenajes y Recuerdos Inolvidables
En 2014, poco después de la muerte de Gustavo Cerati, Sabina dedicó su interpretación de ‘A mis cincuenta y diez’ al líder de Soda Stereo durante un concierto en Buenos Aires. Cerati era un amigo cercano para Sabina, quien también perdió a otra figura adorada, Mercedes Sosa, con quien inmortalizó ‘Violetas para Violeta’.

Andrés Calamaro, otro de sus amigos incondicionales, nunca ha ocultado su gratitud hacia Sabina. En 2020, tras el accidente en el que el cantautor español cayó de un escenario durante una actuación, Calamaro le escribió una carta emotiva: “Somos amigos y nos queremos. Lo admiro con gratitud y amor. Fue el primero en echarme una mano”.

Despedida con Promesa de Regreso
Aunque Joaquín Sabina dijo “adiós” a Buenos Aires en la noche del viernes, todos en esta ciudad saben que volverá. Sus conciertos de despedida no han sido solo un homenaje a su trayectoria, sino también una celebración del vínculo eterno que lo une con Argentina. Canciones como ‘Con la frente marchita’, ‘Buenos Aires’ (en colaboración con Fito Páez) y ‘Dieguitos y Mafaldas’ son prueba de la inspiración que esta ciudad le ha brindado a lo largo de los años.

Sabina cerró cada uno de sus diez conciertos con ‘Princesa’, el tema que lo lanzó a la fama en España y que sigue resonando como un himno generacional. Aunque su gira de despedida llega a su fin, su legado en Buenos Aires permanecerá vivo en cada nota y cada verso compartido con su público fiel.

Publicidad