BEIJING, 4 de abril — En respuesta a las medidas arancelarias impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, China anunció que aplicará un arancel del 34% a todas las importaciones procedentes de EE.UU., a partir del próximo 10 de abril. Este movimiento coincide exactamente con la tasa de los “aranceles recíprocos” establecidos por Washington esta semana, reforzando la escalada de tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.
Un Arancel Recíproco: La Respuesta Directa de Beijing
El Ministerio de Comercio de China justificó su decisión como una medida de reciprocidad ante lo que considera una violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por parte de EE.UU. Según un comunicado oficial, los nuevos aranceles cubrirán todos los productos fabricados en Estados Unidos, ampliando significativamente las medidas previas.
“La imposición de los llamados ‘aranceles recíprocos’ por parte de Estados Unidos viola gravemente las normas de la OMC, daña los derechos e intereses legítimos de los miembros de la OMC y socava el sistema de comercio multilateral basado en normas”, afirmó el Ministerio de Comercio chino.
Beijing también acusó a EE.UU. de practicar una “intimidación unilateral”, señalando que estas acciones ponen en peligro la estabilidad del orden económico global. Como parte de su respuesta legal, China presentó una demanda ante la OMC para cuestionar la legitimidad de los aranceles impuestos por Washington.
Controles Adicionales sobre Tierras Raras
Además de los aranceles, China anunció que implementará controles más estrictos sobre la exportación de tierras raras, materiales críticos para la fabricación de productos tecnológicos avanzados como chips de computadora, baterías de vehículos eléctricos y otros componentes esenciales en la industria tecnológica y automotriz. Estos controles podrían tener un impacto significativo en las cadenas de suministro globales, dado que China domina alrededor del 60% de la producción mundial de tierras raras.
Este paso refuerza la estrategia china de utilizar sus recursos naturales como herramienta estratégica en disputas comerciales, especialmente frente a presiones externas.
Sanciones a Empresas Estadounidenses
En otra medida punitiva, el gobierno chino añadió 27 empresas estadounidenses a sus listas de compañías sujetas a sanciones comerciales o controles de exportación. Entre ellas, destacan:
- High Point Aerotechnologies, una empresa de tecnología de defensa.
- Universal Logistics Holding, una compañía de transporte y logística que cotiza en bolsa.
De estas 27 empresas, 16 están sujetas a una prohibición de exportación de bienes de “doble uso”, es decir, productos que pueden tener aplicaciones tanto civiles como militares. Esta medida busca limitar el acceso de estas compañías a tecnologías sensibles y materiales estratégicos.
Escalada Continua en la Guerra Comercial
Las nuevas medidas se suman a las ya anunciadas por China en febrero, cuando impuso un arancel del 15% sobre las importaciones de carbón y gas natural licuado provenientes de EE.UU. Además, aplicó un arancel del 10% sobre productos como petróleo crudo, maquinaria agrícola y automóviles de gran motor.
Estos aranceles forman parte de una estrategia más amplia para contrarrestar las políticas comerciales proteccionistas de Trump, quien ha intensificado sus medidas contra China desde su regreso a la presidencia. Los últimos anuncios incluyen un aumento del 34% adicional sobre los aranceles existentes del 20%, elevando la tasa total al 54% para productos chinos.
Impacto Global y Tensiones Diplomáticas
La escalada de tensiones comerciales entre EE.UU. y China plantea serios riesgos para la economía global. Las medidas arancelarias y los controles de exportación podrían interrumpir las cadenas de suministro globales, aumentar los costos de productos clave y generar inestabilidad en los mercados internacionales.
Por otro lado, el uso de las tierras raras como herramienta de presión subraya la dependencia global de estos materiales y la capacidad de China para influir en sectores estratégicos como la tecnología y la energía limpia. Expertos advierten que esta estrategia podría desencadenar una carrera por diversificar las fuentes de abastecimiento fuera de China, aunque esto llevaría tiempo y recursos significativos.
Conclusión: Una Batalla Comercial sin Precedentes
La respuesta de China a los aranceles de Trump demuestra que Beijing no está dispuesto a ceder ante las presiones comerciales de Washington. Con medidas como los aranceles recíprocos, los controles de exportación de tierras raras y las sanciones a empresas estadounidenses, el gobierno chino busca defender sus intereses económicos mientras desafía las políticas proteccionistas de EE.UU.
Esta nueva fase de la guerra comercial pone de manifiesto la creciente rivalidad entre ambos países, con implicaciones que trascienden el ámbito económico y afectan directamente la estabilidad del orden global. A medida que ambas naciones endurecen sus posturas, el riesgo de una confrontación prolongada y sus consecuencias para el comercio internacional siguen siendo una preocupación central para gobiernos, empresas y consumidores en todo el mundo.