SAN SALVADOR, 26 de marzo — La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, llegó este miércoles a El Salvador para visitar la cárcel de máxima seguridad conocida como Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde más de 200 migrantes expulsados por autoridades estadounidenses están detenidos. Además, se reunirá con el presidente Nayib Bukele para discutir un incremento en las expulsiones de migrantes y su encarcelamiento en territorio salvadoreño.
Recorrido por el Cecot: “Donde se Alojan los Peores Criminales”
Noem arribó al Aeropuerto Internacional San Óscar Arnulfo Romero pasado el mediodía, según confirmó la Embajada de Estados Unidos en El Salvador. Tras su llegada, fue trasladada directamente al Cecot, una megacárcel ubicada en Tecoluca, una zona árida y remota a más de 75 kilómetros de San Salvador. Este centro penitenciario es símbolo de la llamada guerra contra las pandillas impulsada por el Gobierno de Bukele bajo un régimen de excepción.
En el Cecot, la funcionaria realizó un recorrido acompañada por el ministro de Seguridad salvadoreño, Gustavo Villatoro. Durante su visita, Noem destacó que estaría viendo “de primera mano” el lugar “donde se alojan los peores de los peores criminales”, según escribió en su cuenta de X (anteriormente Twitter).
Esta declaración refleja la postura del Gobierno estadounidense respecto a los migrantes expulsados, quienes, según Washington, son acusados de pertenecer al Tren de Aragua, una organización criminal venezolana vinculada a actividades violentas. Sin embargo, reportes de medios estadounidenses indican que al menos 101 de los detenidos fueron arrestados únicamente por procesos migratorios, sin vínculos probados con actividades delictivas.
Reunión con el Presidente Bukele
Tras su visita al Cecot, está previsto que Noem se reúna con el presidente Nayib Bukele en la Casa Presidencial. Durante este encuentro privado, ambos líderes discutirán cómo aumentar el número de vuelos de deportación y expulsiones de personas consideradas “criminales violentos” desde Estados Unidos hacia El Salvador.
La secretaria de Seguridad señaló en su mensaje en X que espera trabajar con Bukele para “enviar al mundo el mensaje de que Estados Unidos ya no es un refugio seguro para criminales violentos”. Esta declaración refuerza la intención del Gobierno de Trump de utilizar El Salvador como un destino clave para deportaciones masivas.
Polémica por el Encarcelamiento de Migrantes
El pasado 16 de marzo, el Gobierno de EE.UU. envió a más de 200 venezolanos a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, a pesar de una orden judicial que prohibía esta acción. Estos migrantes fueron enviados directamente al Cecot, acusados de pertenecer al Tren de Aragua. Sin embargo, hasta el momento, el Gobierno salvadoreño no ha explicado bajo qué normativa legal han justificado el encarcelamiento de estas personas.
La Asamblea Legislativa salvadoreña no ha aprobado ningún acuerdo que permita el ingreso y detención de migrantes en cárceles nacionales, y los detenidos tampoco cuentan con órdenes de captura o procesos penales abiertos en El Salvador. Esta falta de claridad ha generado críticas sobre posibles violaciones a los derechos humanos y al debido proceso.
Antecedentes: La Primera Visita de Alto Nivel
Esta es la segunda visita de un alto funcionario del Gobierno de Trump a El Salvador. La primera ocurrió a inicios de febrero, cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, se reunió con Bukele. Durante esa ocasión, el presidente salvadoreño ofreció las cárceles del país para albergar a criminales condenados, pero no mencionó su uso para migrantes irregulares.
La decisión de utilizar el Cecot para detener migrantes expulsados marca un cambio significativo en la política migratoria y de seguridad entre ambos países. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la legalidad y ética de estas acciones, así como sobre el impacto en las relaciones diplomáticas.
Conclusión
La visita de Kristi Noem a El Salvador subraya la creciente cooperación entre ambos países para abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva punitiva. Mientras el Gobierno estadounidense busca reducir el flujo migratorio mediante deportaciones masivas, el papel de El Salvador como receptor de estos migrantes plantea desafíos legales, humanitarios y políticos.
Queda por ver si esta estrategia logrará disuadir a futuros migrantes o si, por el contrario, profundizará las tensiones internacionales y exacerbará la crisis humanitaria en la región. Por ahora, las acciones de ambos gobiernos generan más preguntas que respuestas sobre el futuro de las políticas migratorias y de seguridad en América.